La reina sin espejo – Lorenzo Silva

Sigue la serie en la que Lorenzo Silva tiene a Bevilacqua y Chamorro como protagonistas. Una periodista catalana aparece apuñalada en Zaragoza, en su segunda vivienda. El marido también es un famoso escritor. Un asesinato muy mediático que lleva centralizar los medios para su resolución. Pronto, gracias a haber estado atento a los detalles, tienen un testigo que les dará información suficiente para empezar a tirar del hilo. No es fácil, la madeja está muy enredada y la resolución tardará en llegar. Serán muchos los implicados, varias ciudades en las que habrá que investigar, varios los cuerpos de seguridad que tendrán que coordinarse. Y será Vila el que liderará la investigación y el que tendrá que conseguir obtener resultados con lo mejor de cada uno, con suficiente mano izquierda en ocasiones, y, tendrá que conseguir que el mundo digital y el analógico jueguen a su favor.

Continuamos con la agenda. A efectos de organizar su vida, Neus no se había pasado aún a la cacharrería electrónica, seguía anclada en el viejo y farragoso papel. Mejor para nosotros. Las agendas electrónicas no solo son más difíciles de examinar, si uno quiere ser exhaustivo, sino que también obran el efecto de uniformar todas las anotaciones y despojarlas de cualquier peculiaridad o intensidad emocional.

De fondo, Lorenzo Silva, nos ambienta en la vida de los protagonistas, en el entorno de los medios de comunicación, en la fama, pero también en las dificultades de estar fuera de casa varias semanas, en los sentimientos que uno tiene al volver a un lugar donde ya estuvo y del que tuvo que marcharse, en los que surgen al reencontrar amigos y conocidos, aquellos por los que ha pasado el tiempo, igual que por nosotros, pero que recordábamos como entonces. Y, sobre todo, el oficio.

-Ya no me queda nada, Vila. Sólo recuerdos, malos y buenos, más buenos que malos, creo, pero tú sabes que los malos nunca se borran del todo, aunque al menos se van desdibujando con los años.

Y la realidad del momento, las dificultades de la Guardia Civil para desarrollar su trabajo en Cataluña y como lo viven los implicados fuera del entorno mediático, las competencias de cada cuerpo de seguridad que pueden no estar tan claras, la importancia del apoyo de los que pueden tomar decisiones, la importancia de las decisiones tomadas. Y un retrato de la sociedad del momento que tan rápido cambia en este siglo XXI.

Un caso que te engancha y que difícilmente puedes dejar de leer antes de llegar al final. Y, cómo no, música, libros, cuadros….

¿Qué es lo que importa, la mente dormida que sostiene el sueño, o la niña curiosa y sublime que lo vive y juega a descifrarlo?

Un apunte del autor

Aquí está, tres años después de la anterior (lo que no me parece un mal intervalo), la cuarta novela de Chamorro y Bevilacqua. A estas alturas, quizá no tiene mucho sentido que me extienda sobre qué son y qué representan para mí. Han sido mis embajadores para llegar a miles de lectores y para hacer de la literatura el gozo compartido que a mí me gusta creer que es. Ésta es la novela más larga, compleja y acaso también la que más ahonda en los personajes. Pero procuro que siga siendo divertida, interesante, atractiva, etcétera. Y rabiosamente apegada a la realidad presente. Con todos sus misterios y paradojas, y con todas las novedades que hacen del trabajo de los policías algo muy diferente de lo que era hace sólo tres o cuatro años. Me gustaría que esta historia, aparte de para entretener, sirviera para reflexionar sobre esta extraña civilización que estamos construyendo en los albores del siglo XXI. Donde la gente, de puro hipercomunicada, está más sola que nunca, y donde aquellos que consiguen sus metas se sienten a menudo fracasados. Y si alguien me pregunta cuándo será la quinta novela, pues al menos en un tiempo a los guardias les toca descansar, y a mí hacer otras cosas.

https://www.lorenzo-silva.com/libros/la-reina-sin-espejo/#

Del mismo autor en este blog:

El blog del inquisidor.

El lejano país de los estanques.

Música para feos.

El alquimista impaciente.

La niebla y ladoncella