Un libro del que solo he visto buenas reseñas, considerado en
muchos foros como el mejor del 2015, y yo no puedo sino añadir una modesta
reseña positiva más a ese enorme arsenal.
Libro con el que he disfrutado sobremanera,
sobre todo por la forma de narrar la historia de unos personajes desde el
recuerdo, el recuerdo de un tiempo cercano y lejano a la vez, la historia de
una democracia joven, contada desde hoy por uno de sus protagonistas. Fácil es
pensar que no hemos cambiado tanto, que ya desde el principio de la democracia
estaba claro como iba a ser este país. El recuerdo de los 80, tan marcados por
la dictadura reciente, las historias de unos personajes que no solo han vivido
esa democracia joven, sino que llegan desde esa dictadura que estaba tan
presente todavía. Historias de un director de cine en una España que cambia,
historias de un Madrid en la época de la movida, pero sin ser esta la
protagonista. Un intruso en la vida de unos protagonistas de esta transición,
no la política, sino la vital. Un intruso que vivió en primera persona, desde
la invisibilidad de la juventud, la vida de aquellos que seguían siendo
jóvenes, aunque entonces no se lo parecieran, la de aquellos que le mostraron,
no solo esa faceta pública tan llamativa, sino esa faceta privada, quizás más
interesante todavía, aquella que hace ser a cada uno lo que es.
En definitiva, una gran obra para transitar
por aquellos ochenta que mostraban una democracia incipiente y que recordaba
todavía una dictadura que acababa de quedar atrás, historias que nos traen
desde la ficción, retazos de nuestra historia reciente o no tanto ya.