martes, 30 de abril de 2024

Canción dulce– Leila Slimani


El bebé ha muerto.
Es la primera frase de esta novela. Impactante.

Fotografiaron la escena del crimen. Es la primera frase del segundo párrafo.

Estas dos frases nos condicionarán toda la historia. Desde el principio conocemos el final, no está la tensión ahí. La tensión de toda la novela está en averiguar que es lo que pasó, cómo se llegó a ese momento. La autora nos lleva de la mano. Una frase al final de la primera página No supo morir. Solo dar muerte. Sin embargo, una frase que olvidé, un olvido que me permitió tener puertas abiertas, que dejó camino para otras interpretaciones.

En el segundo capítulo retrocedemos al momento en el que Paul y Myriam buscan niñera para sus dos hijos. Myriam se encontró con un antiguo compañero de facultad y ha decidido volver a trabajar, necesitan que alguien cuide de Mila y Adam. Desde ese momento la historia nos lleva a Louise, la niñera, como entró en las vidas de esta familia, como fue un bálsamo para ellos, como el ambiente de la casa mejoró, como los niños disfrutaban de una vida llena de felicidad, como el matrimonio empezó a invitar a amigos a casa para disfrutar todos de la estupenda cocina de Louise. De como Myriam ascendió en su trabajo, de como cada vez le dedicaba más horas porque todo estaba bien en casa. Pero, conforme avanza la novela empiezan a intercalarse capítulos donde la protagonista es la niñera, pero ahí no está la familia, está su vida antes de tener este trabajo, su marido, su hija, los niños que había cuidado, su casero, el lugar en el que vive. Cada vez tenemos más datos, la tensión aumenta, hay detalles en el día a día familiar que Paul y Myriam comentan, hay detalles que conocemos como espectadores, conocemos que quizás podrían haber evitado este desenlace. Una historia que se inspiró en un hecho real, una historia que nos habla de conciliación familiar, de clases sociales, de interculturalidad, de culpa, de anhelo por una vida mejor, de relaciones laborales. Una historia que te mantiene en tensión constantemente aún conociendo el final desde el principio. Una historia que encoge el estómago.

domingo, 14 de abril de 2024

De bestias y aves – Pilar Adón


Toda una vida de formación, lecciones y trabajo para llegar a su edad y descubrir que lo único que importaba en el mundo era el agua, vivir en ella. Generar oxígeno.

Desasosiego es quizás la palabra que define mi lectura de De bestias y aves. Una novela indefinible. Coro, la protagonista, pintora, dibujante, llega a Betania una noche oscura en su vida y allí vivirá la angustia de no poder volver. Preguntas sin respuesta en este lugar donde un grupo de mujeres de todas las edades conviven. Sueño o realidad, sin duda una mente confusa, que nos relata situaciones inverosímiles de esta comunidad femenina que vive en la naturaleza, junto a un lago también protagonista. El duelo por una hermana muerta. Días, semanas o meses, un tiempo indeterminado. Los roles claramente definidos presentes en cualquier comunidad, Tresa, Rebeca y Magdalena, Gloria, Adel... Un vestido como símbolo, las rutinas diarias, el sueño, las comidas. Y la naturaleza, sobre todo el agua, los animales: perros, cabras, insectos, aves, los rituales, el arte, los libros. Lo ambigüedad para explicar lo inexplicable.

El mundo quedaba así explicado, sin necesidad de indagar mucho más.