Propuesta del club Alumni la de conocer a los clásicos y qué mejor forma que con Cervantes, con dos de sus novelas ejemplares. El casamiento engañoso es la primera de ellas. Ya el título lo dice todo, lo que no dice es quien engaña a quien, qué intenciones tiene cada uno de los que buscan ese casamiento del que esperan sacar un gran beneficio, lo que no dice es como cada uno juega sus cartas, lo que no dice es lo que cada uno encuentra una vez que el casamiento llega. Pero todo ello si que no los cuenta Cervantes, de una forma ágil y amena, en esta novela. Una novela que revela aquello que no se cuenta habitualmente, aquello que no muestra lo listos que somos, lo de aquel que va con engaños y que puede encontrarse en el lado que no imaginaba. Esa picaresca que tanto juego da, ese protagonista que nos puede poner de su lado y aquel también necesario, aquel al que contarle nuestras hazañas, nuestras cuitas. Aquel que creerá o no la historia relatada, aquel que tendrá que interpretar cuanto de verdad hay en esa historia. Y qué mejor forma de finalizar esta novela ejemplar que llevándonos a otras historias, a las que nos cuenta en Coloquio de los perros, donde tenemos como protagonistas a dos perros que milagrosamente hablan, así lo comentan ellos mismos, así lo deja reflejado aquel que los escuchó y escribió lo que hablaban. Aprovechando esa situación tan extraordinaria vamos a seguir conociendo la época, a los habitantes de entonces desde la vista de ese testigo, habitualmente mudo, que tiene la oportunidad de grabar en su memoria años de observación, aquellos que les llevan a conocer la naturaleza humana. Una oportunidad única la de poder contar todo ello, la de tener un oyente paciente que espera su momento para relatar sus vivencias. Cipión y Berganza, perros del hospital de la Resurrección de Valladolid. ¿Y fue esta una conversación que realmente se escuchó durante aquella noche antes de que llegara el alba?
Vámonos al Espolón a recrear los ojos del cuerpo, pues ya he recreado los del entendimiento.