domingo, 21 de julio de 2024

No tocarás – Nuria Pérez


Tres mujeres, Londres, Madrid, varias épocas, lugares comunes, objetos que cruzan años de historia, varios museos, el Sorolla especialmente.

Mary, una niñera inglesa del siglo XIX con un pecado inconfesable, en un momento crucial de su vida, en un momento donde su estancia en un barco le permite recordar su corta vida.

El Alexandra Palace, Ally Pally, un incendio pocos días después de su inauguración en 1873, allí, en ese incendio, estuvo Mary ayudando a los bomberos que poco pudieron hacer, su padre era uno de ellos, el jefe Hessler. Allí, durante la 1ª Guerra Mundial, también estuvo el abuelo de Adela. Allí encerraron a civiles alemanes o descendientes de alemanes que vivían en Londres, un episodio poco conocido de la historia.


Marta, trabajadora del museo Sorolla, una característica, la aritmomanía, contar objetos. Un juego, códigos secretos, cada lunes en el museo geominero un nuevo reto, un juego que lleva a Marta a interaccionar con V y Chusca, una perra que ayuda a Marta a socializar en su barrio, un grupo que se reúne cada tarde en el parque con algo en común, el amor a los perros. Mientras una dificultad, un pocillo de cerámica Spode fuera de lugar en un lugar privilegiado para trabajar.

Adela, una escritora de éxito en el Londres de final de siglo pasado, una vida con un giro radical en el Madrid del 68, una vida rompiéndose de nuevo. Normas sociales que quedan en segundo plano, realidades incompletas que llevan a tomar decisiones.

Y las 3 con un pocillo en común, con un desenlace quizás demasiado redondo, quizás superado por la realidad.

Una bonita lectura que nos lleva a lugares ya inexistentes, a recordar una historia reciente y no tanto de la vida cotidiana de tres mujeres, de un objeto que trasciende generaciones, a detalles que fácilmente pasan desapercibidos.

Primera novela de Nuria Pérez. Fue una delicia escucharla, ha sido una delicia leer sus historias.

https://www.soynuriaperez.com/

domingo, 7 de julio de 2024

Nada – Carmen Laforet

Terminamos el curso en el club Escuela de Mandarines con Nada, con la obra que inauguró el Premio Nadal. Y un curso es el que viviremos con Andrea que llega a Barcelona, a casa de sus familiares, de madrugada, a ese piso de la calle Aribau oscuro, decadente, donde conviven su abuela y sus tíos. Lo que allí se encuentra parece un mal sueño, al día siguiente la pesadilla continúa. Su familia, a la que apenas conoce, la acoge como una obligación moral, a ella va a estudiar Letras en la universidad y quedó huérfana hace un tiempo. Estamos a principio de los 40, la guerra recién acabada, una época de penurias en España y no va a ser menos en esta familia catalana que apenas tiene para comer.

A mí me encogió el corazón aquel hombre tan grande en su silla, entre la desolación de los trastos inútiles, abrumado bajo una carga de desvarío.

Una historia donde los problemas de familia afloran, las diferencias entre los hijos, la unión a pesar de las diferencias, los secretos escondidos en la memoria. Andrea se va a encontrar con el pasado de su familia, con la incomprensión de su tía Angelines, de rectas directrices, en una época donde hay muchas apariencias que guardar, la tía que se convierte en la guardiana de esta joven sobrina que viene del pueblo, la sensación de libertad en las ausencias de su tía. Va a conocer a Gloria, la mujer de su tío, la que sufre de malos tratos en una época donde a nadie sorprende. Sus dos tíos artistas, cada uno a su manera, el pintor y violento Juan y Román, el músico que no solo es músico, el mujeriego, el único que da algo de luz a la vida familiar de Andrea, el que vive en el ático, el que tiene un pasado desconocido, un presente intrigante.

Acompañaremos a Andrea en la vida universitaria, en sus momentos de luz, de libertad, sobre todo con Ena, que le abre las puertas de su casa, que comparte con ella su vida acomodada. Y ese grupo de chicos que se reúne en el estudio de la calle Montcada. Allí donde no hay reglas, donde la vida fluye.

Una mañana de otoño en la ciudad, como yo había soñado durante años que sería en la ciudad el otoño

Y no podemos olvidar las penurias, el hambre, esa paga mensual que le permite hacer regalos a la madre de Ena, o un pequeño homenaje en un bar cerca del mar, esos pequeños lujos que la llevarán a días sin apenas probar bocado.

Una obra deliciosa que nos retrata la realidad de ese momento, dejando espacio para la esperanza. Son muchos los años que han pasado, quizás no tantos, aquella España que fue, que es, lo que muestran las páginas de un libro y tantas otras historias de tantos que hemos conocido.

El mes de junio iba subiendo y el calor aumentaba.

domingo, 16 de junio de 2024

Retrato de un artista adolescente- James Joyce

 

Preguntar si has leído o no el Ulises de Joyce es bastante común. Mi respuesta es no, ni siquiera he llegado a intentarlo. Esta es mi primera incursión con el autor. Un libro con pasajes autobiográficos, quizás iniciático, experimental, que hemos leído en Escuela de Mandarines. En la memoria queda, sin duda, la descripción del infierno: Un exceso de varias páginas que lo hacen inolvidable. Dedalus como protagonista, un niño en un colegio religioso, el que tiene que abandonar cuando su familia se queda sin recursos. La religión, siempre presente, amenazante y opresora que condiciona al protagonista. Un adolescente en busca de su camino. Un camino de incertidumbre entre arte y religión. La soledad, la introspección. Las caminatas y conversaciones con su padre, con sus amigos. La vida universitaria de alguien que confía en su talento, los principios no compartidos de la sociedad del momento. El monólogo interior como herramienta literaria, la primera y tercera persona en una novela lenta, con múltiples reflexiones, largas reflexiones, mucho texto a pesar de sus apenas 220 páginas. Una novela publicada inicialmente por capítulos en una revista literaria y que tuvo varias escrituras y reescrituras, incluso el manuscrito llegó a ser arrojado al fuego de la estufa. 

lunes, 27 de mayo de 2024

La cita y otros cuentos de terror – Emilia Pardo Bazán

Una edición fantástica de Nórdica, como no podría ser de otra forma, que me llega de manos de una gran amiga. El terror no es de mis estilos favoritos, pero en este caso era un detalle secundario. ¿Y hablamos de terror realmente? Si, hablamos de terror cotidiano. Situaciones cotidianas con desenlaces inesperados. Un primer cuento cercano a pesar de sus más de 100 años de historia, reconocible por haber sido explotado en tanta serie de asesinatos. Un cuento aparentemente sencillo capaz de crear desasosiego que da título a la colección.

—Pero ¡es horrible! —exclamó Alberto—. ¿Me absolverán?

—¡Ojalá!… —pronunció tristemente el defensor.

Continuamos con Las dos vengadoras: La vida y la muerte, deseada la segunda en ocasiones para aquellos que algún día nos hicieron mal, cuando es la vida la mejor vengadora. Un cuento oscuro quizás, el terror de una vida llena de no buenas experiencias, de desengaños, de traiciones, que condicionan el carácter del protagonista.

La confianza, La cana, Vampiro, son otros de los cuentos que aparecen en esta colección, tantos que escribió esta autora, difícil elegir entre ellos. La madrina, Desde allí, El mausoleo:

Esto de las ambiciones humanas tiene mucho que observar. Cada quisque pone la mira en algo que quizá al vecino le sería indiferente. Hay ambiciones generales; hay otras individuales, extrañas y de difícil justificación, si no supiésemos que todas son igualmente vanas.

La resucitada: El miedo ancestral a ser enterrado en vida es con el que juega Emilia Pardo Bazán en este cuento, sin embargo ¿qué ocurre al volver de donde no se vuelve? ¿Se vuelve realmente? Alegría o espanto ante lo desconocido, siempre el miedo a aquello que no podemos explicar, el rechazo al otro, incluso a aquel que fue, que es de los nuestros.

Casualidad es el título del último de los cuentos de la colección, un bonito título para la vida misma, aquello que creemos intrascendente, aquello que creemos inocuo, los experimentos con gaseosa, dirían algunos, ni siquiera, diría Ramírez Madroño.

Con ilustraciones de Elena Ferrándiz y selección y prólogo de Care Santos.

 

Otros libros de la autora en el blog:

Los pazos de Ulloa

 

martes, 14 de mayo de 2024

Canto yo y la montaña baila – Irene Solà

Un libro donde nos encontraremos con narradores poco habituales. El primer capítulo sorprende cuando te das cuenta de que son las nubes las que narran la historia, la historia que acaba, en ese mismo capítulo, con la muerte de Domenec por un rayo. Quizás sea éste un hecho fundamental para el discurrir de la historia o quizás no, los habitantes del lugar son protagonistas, pero también lo va a ser el entorno, la montaña, los animales… Capítulos que pueden leerse como cuentos independientes pero que todos ellos tienen una coherencia, un halo envolvente, un lugar de vida y de muerte del que es difícil aislarse. La muerte, también muy presente, tanto como la vida, como un elemento más de la misma.

Una historia coral que nos lleva a un tiempo indeterminado donde la transcendencia está en la naturaleza misma. En esa naturaleza donde todo puede tener un sentido, donde el ciclo de la vida es protagonista. Narradores inverosímiles, el discurrir del tiempo, un tiempo calmo en el invierno, el renacer de la primavera en el centro del universo, en un lugar lejano. Un lugar donde el ser humano convive con la naturaleza, es la naturaleza misma. La magia de lo cotidiano, la magia de la vida en este puñado de historias que crean una sola. Un título y una imagen que nos abren la puerta.

Como si siempre fuera entonces.