Y Flora Sol, su hija de casi siete meses, que también queda en Islandia, pero que llegará junto a su madre, a este recóndito lugar para compartir unas semanas, las necesarias para que la madre genetista finalice su tesina, las suficientes para convertir a Arnljótur en un padre. Todos viviendo el presente y descubriéndose a sí mismos. Joven que conseguirá que la rosaleda recupere su esplendor, un presente constante que parece sencillo de vivir, mientras el padre Tomás disfruta de sus películas de video donde encuentra respuestas a todas las preguntas.
Un libro escrito en capítulos cortos que dan mucha agilidad a la lectura. Un protagonista que me ha llamado mucho la atención por su vida en presente continuo. Una novela optimista, sencilla, abierta a un fondo complejo que queda en manos del lector.
Malpaís: Campo de lava reciente, con una superficie tortuosa, estéril y árida.
De la misma autora en este blog: