Iniciamos temporada en el club de
lectura Escuela de mandarines con un clásico que muchos conoceréis, que
incluso hayáis leído: Rebelión en
la Granja. Una novela publicada en
1945 que no ha perdido actualidad. Una denuncia al socialismo interpretado por
Stalin que nos muestra como pueden actuar los totalitarismos, como se puede
manipular una situación de poder, incluso a la que se ha llegado en democracia,
que va más allá de la situación puntual que podría denunciarse inicialemente.
Los animales de una granja se rebelan contra su dueño humano y consiguen
expulsarlo. Son ellos ahora los que gestionan la granja, los que trabajan para
si mismos, los que deciden. Pero en cualquier sociedad se necesita una
dirección, un gobierno, y en la Granja Animal cada especie tiene un papel
distinto. Son los cerdos los que asumen el papel de dirigentes con el
beneplácito de los demás. La novela nos va mostrando como evoluciona esta
gestión de la granja, desde las decisiones tomadas entre todos los animales
hasta las que llegan solo desde Napoleón, el cerdo que se erige en responsable
de la granja. Y la importancia de la fuerza, contra la que quizás es más fácil
rebelarse, del lenguaje, de la memoria, de la manipulación de la historia, de
como lo que nos cuentan va quedando en nuestra memoria aunque la historia haya
sido distinta, aunque hayamos vivido esa historia. De los cantos de sirena, del
autoconvencimiento de que ahora todo es mejor, de que antes era peor. De como
con las palabras adecuadas cualquier situación puede interpretarse en el
sentido que alguien quiera darle.
Los
animales de la granja como protagonistas, una herramienta que permite llegar a
más lectores, que permite utilizar una fábula para contar una realidad de la
que es difícil darse cuenta precisamente por lo que en ella se denuncia, sobre
todo por como somos capaces de manipular con el lenguaje. ¿Y no sigue siendo
tan real hoy?