domingo, 21 de enero de 2018

Berta Isla – Javier Marías



Berta Isla llegó a casa como un regalo, uno muy acertado. Disfruto mucho con los libros de Javier Marías, más que con la historia con la forma en la que está escrita. Y con Berta Isla se ha vuelto a repetir.

Un libro de esperas, de incertidumbres, de la distancia que nos separa de los que más conocemos.
Berta Isla sabía que vivía parcialmente con un desconocido. Y alguien que tiene vedado dar explicaciones sobre meses enteros de su existencia se acaba sintiendo con licencia para no darlas sobre ningún aspecto.
Al igual que en otras novelas de Marías, uno de los protagonistas nos contará la historia, una historia que se inicia en la adolescencia cuando Berta y Tomás se conocen, toda una vida por delante y caminos insospechados que se abren.
Había descubierto que vivir en la certeza absoluta es aburrido y condena a llevar una sola existencia, o a que sean la misma la real y la imaginaria, y nadie escapa enteramente a esta última.
Y Berta vivirá en la certeza un tiempo y de repente llegará la incertidumbre, una incertidumbre que llegará de una forma muy dolorosa, la amenaza vital a un hijo. Un giro inesperado para una vida que ya nunca volverá a la tranquilidad, una vida distinta con la que tendrá que aprender a seguir adelante. Y sigue adelante y podría decirse, cualquiera que la vea en su día a día, que tiene una vida estándar. Y, sin embargo, ¿Qué es una vida estándar?
El anterior septiembre yo cumplí los cuarenta y no di crédito, me sentía mucho más vieja y también mucho más joven, como si fuera una mujer sin edad que ya ha atravesado cuando le tocaba atravesar y en realidad no ha recorrido más que un corto trecho, con la vida simultáneamente acabada y sin empezar del todo.
Y mientras Tomás, también acompañaremos a Tomás, de padre inglés y con gran facilidad para los idiomas. Un agente de su Majestad sin las estridencias de las películas de James Bond. Y de él poco nos podrá contar Berta, será un narrador desconocido el que nos permita acompañarlo en los momentos clave de su vida. Esos que Berta espera conocer algún día.

Una novela ambientada en el Madrid de los años 70, 80…, esa historia de nuestro país tan cercana en el tiempo y tan de otro siglo. Un placer acompañar a Berta en su espera, esa espera contada con calma, la calma, que vista con perspectiva, está presente en la rutina diaria de cada uno, esa calma que pensamos que no existe cuando miramos de cerca aquello que nos pasa.

Del mismo autor en Cuéntame algo…

domingo, 7 de enero de 2018

Los crímenes del Monograma – Sophie Hannah



Vuelve Hércules Poirot de la mano de Sophie Hannah. Es muy extraño acompañar a Poirot y que Agatha Christie no esté también con nosotros, y sin embargo está. Es imposible no pensar si esto o aquello ella lo hubiera contado de forma diferente, si este a aquel personaje hubiera hecho cosas distintas, si nos hubiera contado el desenlace con más o menos detalle… Tengo que reconocer, que aún pensado en todo ello, he disfrutado mucho de la novela y creo que no hubiera sido capaz de descubrir a una autora distinta si el libro hubiera llegado a mis manos en una edición de la Editorial Molino sin el nombre de la autora. Eso sí, el desenlace no termina de quedar tan claro como en otras ocasiones, algo que como lectora siempre me ha gustado, un cierto orden en la novela por muchas sorpresas que depare.
Con este libro participo en el mes temático de la novela negra organizado por Laky de Libros que hay que leer. Una forma fantástica de empezar el año de lecturas y de rescatar de la estantería este libro que llevaba bastante tiempo esperando.
Los Crímenes del Monograma nos trae el asesinato simultáneo de 3 personas en 3 habitaciones distintas de un mismo hotel, el Bloxham. Ambientado en una época en la que las pruebas de AdN, huellas dactilares y otros tantos adelantos para descubrir al culpable ni se sospechaban. Sin embargo, si que está esa materia gris de Hércules Poirot, de incalculable valor, capaz de ir enlazando hasta el más mínimo detalle sin dar nada por supuesto. Poirot acompañado esta vez por Catchpool, la contrapartida perfecta, será él el que nos cuente la historia y el que hará que Scotland Yard esté presente en este asesinato. Y la importancia de escuchar a los protagonistas, difícil mantener una mentira si se da tiempo suficiente para hablar. Un libro que transmite calma, no hay prisa, poco a poco las piezas irán encajando. Historias del pasado que condicionan el presente, vidas que se entrecruzan y que años después permiten tomar decisiones sobre los mismos hechos. Hechos que se viven de forma tan distinta y que, sin embargo, nos hacen confiar en iguales sentimientos ante la misma situación.
Siempre me ha llamado la atención como los testigos son capaces de recordar los detalles más nimios por mucho tiempo que pase, aquí se juega con ello, pero también con la forma de interpretar ese detalle que un testigo recuerda o que nosotros mismos vemos, tan distinta según quien escuche la historia o la que tenga a sus espaldas.

Ya estoy muerta, ¿lo entiende? O lo estaré muy pronto. No puedo esconderme eternamente…» Hércules Poirot no ha podido ayudar a la asustada muchacha que ha conocido en un café de Londres, pero pronto sabe que su caso está relacionado con la extraña muerte de tres personas en un hotel de la ciudad, en una habitación cerrada, con un gemelo grabado con un monograma en la boca de cada cadáver.