Uno de mis autores favoritos y todavía no había encontrado un
hueco en Cuéntame algo…. Difícil
trasmitir en la reseña cuanto me ha gustado este libro, cuánto me gustan sus
libros.
Quería que la historia fluyera como una película en la imaginación del lector. Quería que sonara como música, la misma música que me llevaba a mí y que estaba en el flujo y en la respiración de las palabras.
Disfruto enormemente “paseando”
por los lugares que nos describe, como hace inolvidable cualquiera de ellos, esos por los
que otros pasaríamos sin apenas poder recordar nada. Como nos cuenta lo que
pudo haber pensado cualquiera de sus protagonistas, lo que pensó él mismo contado
desde la distancia del tiempo. Lo ordinario transformado en extraordinario, la
música que sonaría en aquel club de jazz… No
hay nada que de un modo u otro no sea memorable y así lo son las historias
que cuenta esta novela: la de un asesino huyendo, la de un escritor creando su
primera novela, la de alguien que recuerda… esa
mañana de enero y soy y no soy el hombre joven recién llegado a Lisboa con una
bolsa de viaje…., el final de un sueño y el principio, ciudades
inolvidables, la música de jazz amenizando cada página. Historias contada al
oído del lector, sin olvidar que somos unos intrusos… Ahora he levantado los ojos del cuaderno en blanco en el momento justo
en el que aparecías a la entrada del café...
En definitiva, Sentarse en un tranvía de Lisboa y acodarse
en el marco de la ventanilla es uno de los placeres en prosa que le da a uno la
vida, la prosa de Muñoz Molina.