domingo, 23 de octubre de 2016

Música de cámara – Rosa Regás



Dos años después vuelvo a Rosa Regás, esta vez gracias al club Escuela de Mandarines. La historia de la Barcelona de los 50 con los ojos de su protagonista, una niña exiliada en Francia que tiene que volver a la tierra de su familia cuando sus padres mueren en un accidente.


Esta niña, y su viola, llegan a Barcelona, a casa de tía Inés, una Barcelona tan distinta a aquella Tolousse que ha tenido que dejar atrás. Una tía Inés que imaginamos al principio que será como esa España a la que llega Arcadia. Un nuevo colegio, nuevas normas, nuevas conversaciones, y una viola que sigue tocando y con la que sueña, junto con dos amigos suyos, dar conciertos en público.

Arcadia irá creciendo y llega Javier, que aparece en su vida a la que dará un nuevo giro. Una historia ilusionante, conversaciones eternas, paseos, conciertos, intimidad, pero hay unas normas, no solo en aquel colegio que ya acabó, también en esta ciudad, sobre todo en la sociedad a la que pertenece Javier. Normas que ambos acatarán, aunque sea solo a medias, normas más para ella que para él. Normas que llevan un alto precio, tanto cumplirlas como no hacerlo.

Con guiños autobiográficos, Rosa Regás nos llevará por la vida de su protagonista en una sociedad que no está hecha para ella, una educación que sigue marcando la forma de ver y de entender el mundo pero que difícilmente le permite integrarse en la sociedad de la Barcelona de aquella época.


Pero aun así, me hubiera gustado ser como esas personas que dicen “Aquí nací, en esta ciudad o en este barrio o en este pueblo y de aquí me siento y aquí me gustaría morir”, pero nunca lo he logrado. No he echado raíces en esta tierra ni en ninguna otra.


Disfrutando de una época que traerá recuerdos, o por haberla vivido, o por esas historias de familia, aquellas que contaban padres y abuelos. Y esa historia tan reciente, que quizás sigue presente aunque queremos creer que quedó atrás.


Porque, descubrí entonces, lo que hubiera cambiado y envejecido no contaba tanto como lo que habían envejecido en un instante mis recuerdos.

De la misma autora en este blog: La canción de Dorotea.
 

domingo, 9 de octubre de 2016

El cuadro – Agatha Christie


Quizás deba mi pasión por la lectura a Agatha Christie, ¡cuántas de sus novelas leí de adolescente! Tantos misterios por resolver, esa calma inglesa, esos decorados, y qué fácil parecía encajar todas las piezas una vez que llegabas a las páginas finales. 
 
Difícil no reconocerla al pasar cerca de la estantería de la biblioteca donde están tantos de sus libros, sobre todo los de aquella colección en tapa dura de la Editorial Molino, como en este caso. 

Elegí un libro titulado “El cuadro” uno que no recordaba haber leído con anterioridad. Los protagonistas un matrimonio que tampoco conocía: Tommy y Tuppence Beresford. Una grata sorpresa: poder seguir descubriendo nuevos personajes y nuevos misterios. Me gustaría presentárselos a Antonio y comentar las diferencias entre novela policiaca y novela negra.

Un misterio desarrollado con mucha calma, tanta que ni siquiera parece que lo haya, solo en la imaginación de la protagonista, Tuppence ¿dónde está Miss Lancaster? La herencia de un cuadro que llevaba poco tiempo en la familia y el querer devolverlo a la dueña anterior llama su atención ante situaciones que cualquier otro hubiera olvidado rápidamente. 

Mapas y una guía de ferrocarriles permiten acercarnos a lugares remotos de Inglaterra, lugares donde la historia está en la memoria de sus habitantes y no en los libros. Y a aquellas historias que están en el pasado de cada pueblo, en este caso niños desaparecidos, niños asesinados, sospechas que siguen en el ambiente después de años desde aquellos crímenes sin resolver. 

Y una dedicatoria singular:

Este libro está dedicado a los numerosos lectores

 de éste y otros países que me escriben preguntándome:

“¿Qué ha pasado con Tommy y Tuppence?

 ¿Qué hacen ahora?”

 Mis mejores deseos para todos ustedes

 y espero que disfruten en su reencuentro

 con Tommy y Tuppence ya mayores,

pero con el mismo espíritu indomable.

Me hubiera gustado ser una de esos lectores, pero yo haré el camino inverso ¿Cómo eran Tommy y Tuppence de jóvenes? Aún así Agatha Christie nos da aquí algunas pistas sobre ellos, sobre su vida anterior, que ayuda a situar a estos personajes, personajes a los que se les coge cariño rápidamente. 

Y ver aquella casa desde la ventanilla de un tren. ¡Cuántas veces la habremos visto!