sábado, 18 de enero de 2025

Peces Abisales – Rosa Ribas


¿Una autobiografía literaria? ¿Una novela? ¿Quién sabe? A Rosa Ribas la conocí en unas Jornadas literarias. Fue una delicia escucharla, ha sido un placer leerla. Una lectura que nos lleva de la mano por su vida, aquella niña diferente que en tantos colegios estuvo, aquella adulta siempre extranjera que solo pretendía pasar un año en Alemania. Una escritora que nos cuenta como han llegado sus obras a ver la luz. Recuerdos de infancia, de adolescencia, de la adultez, recuerdos comunes no siempre compartidos. Recuerdos de una vida protagonizada por la palabra, la de sus escritos, la de sus traducciones, la de sus clases. 

Todas las casas en las que he vivido estaban llenas de libros. En una de ellas, mi primer piso tras marcharme de la casa familiar, incluso sirvieron de barrera térmica.

Libros, los libros como protagonistas, el viaje, el traslado, tres idiomas. Nos habla de su miopía, de los fantasmas que traía la oscuridad, del placer de la lectura, del placer de escribir, nos habla del oficio de escritor, de encontrar la palabra justa, de la rutina necesaria, de la importancia de un lugar, de marchar, de volver a un lugar diferente. Nos habla del oficio de publicar.

La mirada crítica es el privilegio de los desubicados.

Una novela que nos lleva a la parte menos conocida del autor, a descubrir que es alguien como los demás y, que como los demás, puede ser tan diferente. Una bonita forma de escribir a lápiz una vida rodeada de palabras, un viaje para nadar junto a los peces abisales de Rosa Ribas.

La sensación de desubicación, que nunca me ha abandonado, me llevaría en algún momento a la conclusión de que mi origen debía ser extraterrestre.

domingo, 5 de enero de 2025

Sostiene Pereira – Antonio Tabucchi

 

Un eterno pendiente que llegó a mi en Urueña, desde la librería El rincón, un fin de semana ampliado dedicado a los libros, a la lectura, a la escritura gracias a Entelequia cultura. El club de lectura Alumni lo propone en diciembre para la próxima reunión, fantástica propuesta. Una lectura envolvente con un título traducido al castellano, esta vez, creo que de forma muy acertada: Sostiene Pereira. Un título que nos lleva a intuir un final que, sin embargo, sorprende. Una novela que narra lo que ocurrió en aquel tórrido agosto de 1938 a un periodista, digamos que anodino, que ha quedado relegado a una página de cultura de un periódico vespertino de reciente aparición. Un periodista en los últimos años de su carrera con un trabajo cómodo, con total libertad para publicar en esa página que cierra el diario los sábados. Una redacción propia, alejada de la del propio periódico, que le permite vivir en un mundo propio, que le permite conocer lo que ocurre gracias al camarero del lugar donde va a comer tortillas y a beber limonada. Libertad, no tan real, en una época convulsa, la de finales de los años 30 en Europa, con una guerra civil en el país vecino, con un régimen dictatorial en su propio país. Y la necesidad de tener un ayudante, un chico joven algo perdido en este siglo XX donde se puede luchar por un ideal, un chico con una tesina sobre la muerte, un chico vitalista. Pereira, amante de los escritores franceses del siglo XIX, que se cruza con este joven del que espera recibir necrológicas de autores todavía vivos. Sostiene Pereira, obeso, enfermo del corazón, que no cree en la resurrección de la carne, que habla con el retrato de su mujer muerta, con don Antonio, párroco en una iglesia cercana, y con el doctor Cardoso, que trabaja en una clínica de talasoterapia, que habla del alma, que habla de su preocupación por ese chaval enamorado de Marta ¿Adán y Eva? Sostiene Pereira que Monteiro Rossi nunca escribió ningún artículo publicable.

Curiosa la imagen de una guerra civil española en presente, sin ser protagonista.

Del mismo autor en el blog:

Para Isabel. Un mandala.