Un libro del que había leído muy
buenas críticas y un autor con el que todavía no me había estrenado. Un día
pasé por su página web y Lo que encontré
bajo el sofá llegó a mi casa, y no llegó solo, llegó con una bonita
dedicatoria y un marcapáginas a juego.
Leerlo ha sido una delicia. Un libro ambientado en Toledo, una
ciudad que conozco muy poco pero de la que tengo muy buenos recuerdos y a la
que estoy deseando volver.
En el libro hay dos partes
entrelazadas: una historia muy actual de corrupción, la más visible y que sale
en los periódicos y la eterna, la de intentar aprovechar situaciones de acceso
a algo que no es nuestro, generalmente pequeño pero que acaba en nuestro
bolsillo. La eterna situación española, la que en cierta forma ya aparece en el
Lazarillo de Tormes, la de ser más listo que los demás.
Sin embargo, con la que he
disfrutado de verdad, es con la historia de Alicia, como puede cambiar tu vida
en un momento y como puede seguir igual. Y la historia de Marta, ¡qué
fácilmente puede cambiar todo en un momento!
Me ha gustado mucho como las
historias confluyen, aunque pocas veces somos conscientes de ello, me ha
gustado también ver como se consolidan las relaciones, como es posible
encontrar algo que nos une con la mayoría de las personas, quizás algo que
nunca hubiéramos esperado, como hablar ayuda.
Las partes en las que se habla
de los distintos habitantes de un edificio, de una ciudad, en el mismo momento,
también me ha gustado. Muchas veces lo he pensado así, ¿qué pasará detrás de
aquella ventana? Aquí podemos saberlo, privilegios de ser lectora de esta
historia tan detallada.
Y Toledo, un amor a Toledo que
se vive entre sus páginas, ¿cómo no desear perderse entre sus calles?