domingo, 22 de noviembre de 2020

Las lealtades – Delphine de Vigan

Llego a esta lectura gracias al reto Serendipia recomienda, Rosa Berros incluyó esta lectura entre sus propuestas. De la autora llevaba también tiempo oyendo hablar, especialmente a una amiga con la que comparto lecturas. Ha sido un estupendo descubrimiento: Delphine de Vigan me tuvo durante todo el tiempo con el estómago encogido. Seguro que me quedaré con esta autora.

La historia tiene varios protagonistas a los que vamos a acompañar en capítulos dedicados a cada uno. Destaca Hélène,-Pensé que el chiquillo sufría maltratos,…-una profesora que se interesa por Théo, un niño del colegio retraído y silencioso. Un niño aparentemente normal al que ella nota algo distinto, algo que la lleva a recordar su infancia, aquella en la que tuvo que vivir con un padre que la maltrataba.

Sin embargo, no hay señales de maltrato, Théo visita la enfermería y todo es normal. Hélène, aún así, continúa pensando que algo pasa. Y eso es lo que vamos a ir descubriendo a lo largo de esta novela, novela que te va dando pequeñas pinceladas desde los distintos actores de esta trama. Esa visión global que pocas veces llegamos a conocer en la vida real. Mathis, quizás el único amigo de Théo. Cécile, la madre de Mathis. Los padres de Théo separados hace años y donde Delphine de Vigan tensa especialmente la trama, quizás mostrándonos una situación extrema, pero haciéndonos reflexionar sobre las decisiones que un niño de 12 años puede llegar a tomar.

Y mientras Hélène, que insiste en averiguar que es lo que lleva a Théo a tener ese comportamiento perceptible solo para ella. Hélène que está sola en esta empresa. Que se obsesiona con la situación, que quizás, solo quizás, se extralimita de sus funciones.

La otra noche, intenté explicar esa sensación de cuenta atrás que lleva unos días oprimiéndome, como si alguien hubiera puesto en marcha un minutero sin saberlo nosotros y un tiempo precioso transcurriera sin que pudiéramos oírlo, conduciéndonos en silencioso cortejo hacia un algo absurdo cuyo impacto somos incapaces de imaginar.

Una novela recomendable, que nos golpea, que saca a la luz esas situaciones habituales, la lealtad que tenemos hacia los que tenemos cerca, que fácilmente pueden derivar a situaciones extraordinarias.

domingo, 8 de noviembre de 2020

El ala rota – Kim/Antonio Altarriba

El club de lectura Te leeré miércoles, inicia curso con esta novela gráfica que nos trae a nuestras manos la vida de Petra, la vida que nos cuenta su propio hijo, detalles de una vida que él descubrió cuando su madre estaba en los últimos días de su vida.

La madre de Petra muere en el parto y su padre se vuelve loco, tan loco como para querer matar también a esta niña que “se ha llevado” a su mujer. La hermana de Petra consigue evitarlo, pero Petra tendrá desde entonces un ala rota. Y, sin embargo, no será algo que ella recuerde a los demás, no será algo que le impida hacer una vida normal, una vida que también será extraordinaria, lo será porque consigue hacer que la vida de los demás sea mejor, ella siempre en segundo plano, será fundamental su buen hacer para todos los que la rodean, aunque pocos serán conscientes de ello. Incluso para el padre, el que intentó matarla al nacer, será imprescindible en los últimos años de su vida, será imprescindible para salvarle la vida en aquellos momentos de locura que forman parte de una guerra.


Será ella la que se va adaptando a las circunstancias, a esas circunstancias tan difíciles del siglo XX, y sacando lo mejor de cada momento. Un ejemplo de resiliencia que nos lleva por la historia de España como escenario de la vida de Petra, una mujer que no puede mover uno de sus brazos pero nadie llega a estar tan cerca de ella como para conocerla de verdad.


Los dibujos de KIM en blanco y negro nos llevan por la vida de Petra como esos años de un siglo XX que nos trajo tantos conflictos y tantas oportunidades. Una lectura que nos deja con ganas de más. Con ganas, por ejemplo, de leer “la primera parte”: El arte de volar libro donde Antonio Altamira nos cuenta la historia de su padre, donde Petra, su madre, está en tan segundo plano que parece increíble que poco después llegara El ala rota, gracias a una pregunta en una presentación de El arte de volar “¿Y su mamá?”