domingo, 6 de julio de 2025

Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido -Paloma Sánchez - Garnica

Todavía me quedan libros del Círculo sin leer, ¡cómo lo echo de menos! En esta ocasión le quité el plástico a un libro de Paloma Sánchez-Garnica. Me llamó la atención que, desde el principio, y reiteradamente cada pocos capítulos, se adivina un final sorprendente. Pensaba que iba a ser imposible alcanzar las expectativas que genera. Tengo que deciros una cosa: lo consigue y con creces.

Esta novela narra la historia de Carlota, una juez de 53 años que a los 12 se enteró que era una hija bastarda, desde entonces su vida ha estado marcada por este hecho, el entorno se lo recordaba constantemente, pero también ella misma no era capaz de gestionarlo bien, no ya entonces, sino tampoco en la actualidad. Ahora, recibe una llamada de su medio hermana, la que ha disfrutado de una vida legítima, para comunicarle que su padre se muere y que quiere verla. Su padre del que no quiso saber nada desde que ella le pidió que la reconociera y él se negó. Lo consiguió en los juzgados, pero desde entonces lo había borrado de su vida. Además, la relación con su madre se fue deteriorando con el tiempo, fue su abuela, Zenobia, la que siempre fue un apoyo para ella, la que consideraba su familia, una mujer diferente al resto que la guió en la vida.

La novela discurre en el presente, con asesinatos de fondo incluidos que no aportan demasiado pero ayudan a la historia de alguno de los personajes, y en ese pasado que vamos conociendo de los distintos protagonistas. No solo Carlota, si no también la otra familia de su padre, la legal, la que impidió que su madre se casara con su padre, la que impidió que ella fuera una Balmaseda de verdad. Carlos, Enrique y Julia, sus hermanos de padre. Con Julia, que va estableciendo una relación de hermanas, la que no disfrutó ninguna de las dos. Carlos y Enrique que apenas se relacionan con ella, pero de los que también conocemos sus historias, entrelazada su existencia por ser hermanos, pero también por Maribel, la mujer de Carlos, la que siempre está en segundo plano en su matrimonio. Historias de familia que apenas pocos llegan más allá de la superficie, historias que cuando profundizas no son como imaginabas.

Una novela con la que he renovado el placer por la lectura, en una edición típica de Círculo, tan agradable en su manejo.

domingo, 22 de junio de 2025

Las pequeñas virtudes – Natalia Ginzburg

Una edición preciosa, para esta lectura, ilustrada por Eva Vázquez para Círculo de Lectores. Un libro de ensayos cortos, que se leen como relatos, escritos a lo largo de muchos años por Natalia Gizburg. En la introducción la propia Natalia nos indica donde y cuando fueron escritos, fechas que van desde el 44 hasta el 60.

Las fechas son importantes e indicativas, pues explican los cambios de estilo…..Por eso, este libro tal vez no tenga mucha uniformidad de estilo, por lo que pido disculpas.

Un fantástico libro donde las personas son importantes, un libro que nos habla de una vida, de como las circunstancias condicionan una vida, así empezamos con Invierno en los Abruzos sin paños calientes.

En los Abruzos sólo hay dos estaciones: el invierno y el verano.

Nos habla del exilio a causa de la 2ª Guerra Mundial. Un lugar descrito como inhóspito, tiempos difíciles. Nostalgia de una ciudad que hubo que abandonar.

Yo les hablaba a los niños de nuestra ciudad. Eran muy pequeños cuando la dejamos, y no tenían de ella recuerdo alguno. Yo les decía que allá las casas tenían muchos pisos, que había muchas casas y muchas calles y muchas tiendas bonitas. “Pero aquí también tenemos a Girò”, decían los niños.

Nos habla del paso del tiempo, del valor del ahora, de como los anhelos nos impiden disfrutar del momento.

Pero aquella fue la mejor época de mi vida, y sólo ahora que ha pasado para siempre, solo ahora, lo sé.

Los zapatos rotos una realidad como símbolo. La importancia de unos buenos zapatos, la importancia de poder elegir. El valor de poder elegir.

Él y yo. Un título sencillo para llevarnos a una contraposición continua que nos hace conocer bien a la protagonista, contraposiciones que nos hablan de dificultades en la convivencia diaria. Contrarios que transmiten que las decisiones llegan solo de una de las partes.

Mi oficio. Uno de los ensayos con los que más he disfrutado, nos habla del amor a la escritura, de la seguridad de saber que querer hacer el resto de la vida, un oficio independiente de la rentabilidad económica. Un oficio que nos impide pensar en otra cosa. Un oficio con el que se disfruta, pero también se sufre, quizás ahí esté lo bonito.

Cuando uno escribe un cuento, debe poner en él lo mejor que posee y que ha visto, todo lo mejor que ha recogido en su vida.

Las relaciones humanas otro de los ensayos que nos habla de las distintas etapas de la vida, desde la niñez hasta la gestión de la adolescencia de los hijos.

Ahora somos verdaderos adultos, pensamos, y nos asombramos de que ser adulto sea esto y no todo lo que habíamos creído de niños, la seguridad en sí mismo, una serena posesión sobre todas las cosas de la tierra.

Un total de once ensayos que nos hablan de la vida, de mitad del siglo XX, de aquello que sigue importando ahora que estamos en el XXI, aquello que sigue vigente en cualquier momento: nos habla del ser humano.

Como colofón el que da nombre al libro Las pequeñas virtudes que comienza así.

Por lo que respecta a la educación de los hijos, creo que no hay que enseñarles las pequeñas virtudes, sino las grandes. …no el deseo del éxito, sino el deseo de ser y de saber.

Temas universales como la maternidad, el paso del tiempo, la madurez, la amistad, están presentes en estos ensayos que merecen quedar en la mesita de noche para releer con calma, porque el amor a la vida genera amor a la vida.

domingo, 8 de junio de 2025

La señora Dalloway – Virginia Woolf

 

Un día de junio en Inglaterra, han pasado 5 años de la Gran Guerra, Clarissa prepara una fiesta esa noche. Se lo dice ella a su amigo Peter Walsh, el que llega por sorpresa esa mañana después de 5 años en la India. Ese amigo con el que debió casarse, pero no hubieran tenido espacio suficiente y todos los matrimonios lo necesitan, hubieran tenido que compartir todo.

…y diciéndose que había hecho bien —y de hecho así era— en no casarse con él. Porque en el matrimonio debe haber cierta libertad, un poco de independencia entre personas que viven día tras día en la misma casa; Richard se lo daba, y ella a él….Pero es que con Peter todo tenía que compartirse; había que hablarlo todo. Y eso era intolerable.

La novela transcurre en ese solo día, sin embargo, viajamos a menudo al pasado gracias a que conocemos los pensamientos de los personajes, un recurso muy enriquecedor. No solo en los de Clarissa, también en los de Peter y en los del resto de personajes. Peter que llega de la India, que estuvo muy enamorado de Clarissa, quizás sigue estándolo, que ahora va a casarse con la mujer de un mayor de la India, que tiene 53 años, que se siente mayor, que ve como ha transcurrido la vida de Clarissa, esa vida de señora del señor Dalloway que organiza fiestas, que invita a quien debe, que ahora está arreglando un vestido verde para la noche, que hace lo que la sociedad espera de ella. Elisabeth, la hija de los Dalloway, que no presta atención a la relación con su madre, ni a las fiestas que organiza, prefiere el campo y los perros. Septimus, veterano de guerra, protagonista también de este día, que sufre una depresión tras la muerte de su amigo Evans, tras vivir la gran guerra por motivos ideales de poeta. Su vida con Lucrecia, una italiana de Milán, con la que se casó. Actores de esta novela que nos permiten conocer esa Inglaterra de entreguerras, esa sociedad acomodada. Amores de juventud como los de Clarissa con Peter o con Sally que no llegaron adelante. La vida años después, los hijos, los 5 de Sally, que siempre quiere ganar en todo. Lady Bruton y sus almuerzos a los que todos quieren asistir pero al que Clarissa no está invitada.

Una novela rica en personajes y temas abordados, publicada hace ahora 100 años, un 14 de mayo, con la calma de esa sociedad, con conversaciones y pensamientos que enriquecen los hechos de ese día de junio en el que el calor empieza a llegar y las flores están en su mayor esplendor. Una novela que nos permite conocer mejor el mundo que vivió Virginia Woolf.

Pero sí iba a decirle a Clarissa que la quería, con estas palabras. En tiempos, había sentido celos de Peter Walsh, celos de Clarissa y él. Sin embargo, ella le había dicho a menudo que había hecho bien en no casarse con Peter Walsh; lo que, conociendo a Clarissa, era evidentemente cierto; ella necesitaba apoyo. Y no es que fuese débil, pero necesitaba apoyo.

De esta misma autora en el blog: