domingo, 18 de agosto de 2019

El hombre del traje color castaño – Agatha Christie


Agatha vuelve a mis lecturas, esta vez con una novela poco habitual, una protagonista distinta y visitando Sudáfrica.
Diamantes, una muerte junto a las vías del metro, un cadáver en una casa en alquiler y un desconocido hombre con un traje color castaño.
Anne Beddingfeld, la hija de un famoso arqueólogo, está esperando el metro cuando fallece un desconocido junto a las vías. Se convierte así en una testigo excepcional, una testigo que busca aventuras, que no duda en seguir las pistas que encuentra en este accidente gracias a su carácter curioso. Unas pistas que puede que le lleven hasta Sudáfrica. Viajar a África, ¡qué mayor aventura!
Personajes apenas esbozados, perfiles muy marcados y amistades inesperadas, amistades con las que viajaremos en barco, en tren y compartiremos hoteles y visitaremos cataratas impresionantes. Personajes con los que pasaremos un buen rato, incluso en aquellas situaciones de peligro que, con un personaje como Anne, parecen no existir.
Una historia muy ágil, en la que no pararemos de tener sorpresas, algunas increíbles, amistades que surgen cuando nadie es quien parece ser, misterios, romances, viajes. Un enigma por resolver, un trozo de papel con cifras que interpretar y un nombre Kilmorden Castle. El camarote 17 que todo el mundo quiere y la importancia de los carretes de fotos, bonito recordar el juego que daban aquellos botes que los contenían.
Una de las primeas novelas de Agatha Christie y no una en la que encontramos sus señas de identidad habituales. Narrada en primera persona por Anne, a la que alguien le propone escribir la historia una vez que ha pasado, así que sabemos desde el principio que saldrá adelante. Se ayuda de un diario de uno de los personajes principales de la historia, curiosa la relación entre ambos. Agatha utiliza esta herramienta literaria e incluso nos la presenta en el primer capítulo:

…Me vi mezclada en el asunto desde el principio y estuve también en su desenlace. Afortunadamente y por añadidura, las lagunas que yo no puedo llenar por conocimiento directo, quedan cubiertas por el diario de sir Eustace Pedler, que él me ha suplicado con generosidad que utilice.

domingo, 4 de agosto de 2019

Los lobos de Praga – Benjamin Black


Praga en el entre los siglos XVI y XVII, justo en los meses del cambio de siglo. La corte de Rodolfo II, un lugar lleno de intrigas, donde llega Cristian Stern, protagonista de esta historia.
Choca como llega a ser el favorito del emperador, choca como se resuelven los conflictos, como de fácil es que te apresen, como de fácil que mueras.
Y con un asesinato comienza esta historia: la hija del médico del emperador, Magdalena Kroll, amante del emperador. Y Cristian Stern que descubre el cadáver sobre la nieve del invierno de Praga, el invierno de 1599.
Benjamin Black, seudónimo de John Banville, nos trae una novela negra. Negra por la luz mortecina de esa Praga de hace varios siglos cubierta por la nieve, por la luz escasa en los pasillos de ese castillo, posiblemente el mismo del que luego nos habló Kafka. Negra por las muertes violentas, no solo la de Magdalena Kroll. Negra porque será difícil saber que es lo que ha pasado, a qué se deben esas muertes, quienes son los culpables, difícil saber si los personajes mienten o dicen la verdad, difícil saber si son leales a Rodolfo II, si Rodolfo II seguirá mucho tiempo en el trono, difícil saber si Cristian Stern podrá llegar a descubrirlo en una ciudad a la que acaba de llegar. Una corte desconocida para él, llena de intrigas que no dejan de sorprenderle, situaciones inverosímiles que, efectivamente, parecen confirmar que una estrella hay en su vida, no solo en su nombre.