domingo, 16 de octubre de 2022

En la noche no hay caminos – Juan José Mira

Una amiga me regaló una colección de los Premios Planeta y así empiezo un nuevo reto de lectura con este primero, el de 1952, el que ganó Juan José Mira. Justo cuando se acaba de otorgar el de 2022, 71 ediciones, un largo camino por delante. Un libro, el premio de 1952, del que no recordaba haber oído hablar y que me ha parecido muy curioso por varios motivos. Uno de ellos que ya en 1952 se hubiera escrito sobre la guerra civil española, aunque solo esté de fondo y no como protagonista, que se hubiera escrito sobre los tiempos que vinieron después. Un libro muy actual en su momento. Me ha llamado la atención también los valores que presenta, los valores y los prejuicios tan arraigados en una sociedad, en estos 70 años muchos de aquellos valores ya no están tan presentes, si los prejuicios, si aquel “sálvese quien pueda” con una forma algo distinta que nos lleva a ser cada vez más individualistas. Y me ha parecido curioso cómo cambia la temática de aquellas historias merecedoras de este premio.

Tenemos un protagonista indiscutible: Andrés, un joven que conocemos poco después del fallecimiento de su padre convirtiéndose en el cabeza de familia, una tarea para la que posiblemente no esté preparado, una tarea a la que llega con unas ideas muy firmes y que no le permiten mostrar afecto sino obligación. Pronto se declara la guerra civil española y su vida dará un nuevo giro, como el de todos los españoles de aquella época. No obstante, Andrés, gracias a su situación de huérfano de padre y a algunas ayudas de conocidos no tiene que marchar al frente en los primeros meses, aunque si trabajar en la retaguardia. Esta situación le permite conocer a Libertad, de la que se enamorará y creerá que es para siempre, sin embargo, las obligaciones familiares siguen siempre presentes en la vida de Andrés. Irán pasando las páginas y conoceremos mejor a Andrés, al que va adaptándose a las circunstancias, el que no tiene puntos medios, el que es capaz de abandonar a aquello que creía que era lo más necesario en su vida, es capaz de dejar atrás a los que quiere, a los que más le quieren. La vida de aquella España de los años 40, como la de cualquier momento, es caprichosa y nos pone ante situaciones que pensábamos habían quedado en el pasado y Andrés no gestiona bien todo aquello que tiene que afrontar, todo aquello que no puede dejar atrás sin ni siquiera despedirse. Quizás el protagonista no es realmente Andrés, sino su orgullo. Una historia curiosa que he leído en “blanco y negro”, una historia que me ayuda a recordar que la vida cambia, que nosotros cambiamos, que las prioridades como sociedad cambian, que enriquece conocer el pasado y sus circunstancias.