domingo, 24 de octubre de 2021

Trilogía de Copenhague – Tove Ditlevsen

El verano en el club “Escuela de Mandarines” nos llevó a Copenhague con Tove Ditlevsen, una poeta danesa de la que se han publicado recientemente parte de sus obras autobiográficas en España. En un solo volumen se recogen tres de ellas. INFANCIA, que nos lleva al barrio de Copenhague donde creció, un barrio obrero donde Tove se siente fuera de lugar

… porque no puedo hablar de estas cosas con nadie y siempre sueño con conocer a alguien extraordinario que me escuche y me comprenda.

Una vida que la autora cuenta con desparpajo y sin lamentaciones, pero mostrando una cruda realidad. Intercala hechos con sentimientos, la relación con sus padres, ese padre que la inicia en la lectura pero que a la vez le quita un futuro como poeta, esa madre que parece tener todas las respuestas y que nunca llega a transmitirle cariño, un hermano que se independiza gracias a un trabajo que afecta a su salud para salir de ese agobiante lugar que es el 30A de la Hedebygade en Vesterbro

He comenzado la escuela media y mi mundo ha empezado a ensancharse.

La amistad es también protagonista, la amistad con Ruth, una amistad que la llevará a conocerse mejor y alejada de los grupos de chicas que se reúnen junto a los cubos de basura para hablar de los cotilleos del barrio, de chicos, de ropa…

Pasó el tiempo y la infancia se fue volviendo tenue y plana, como de papel. Estaba raída y fatigada, y en sus instantes de mayor decaimiento parecía incapaz de durar hasta que yo fuese adulta.

Una infancia que se recuerda desde la edad adulta como el lugar donde el hogar familiar era el centro y el mundo no llegaba mucho más allá de las calles de alrededor.

El sueño de una niña: Algún día escribiré todas las palabras que fluyen por mi interior. Algún día otras personas las leerán en un libro y se quedarán asombradas al ver que, a pesar de todo, una niña sí puede ser poeta.

JUVENTUD se inicia cuando Tove finaliza la enseñanza media y comienza a trabajar. Es entonces cuando sus padres se mudan a una casa más grande pero que sigue sin tener un entorno con intimidad suficiente para Tove, una Tove que escribe, que escribe aunque sus escritos nunca salgan a la luz. Una época en la que encontrar un trabajo parece sencillo, trabajos que simplemente le permiten llevar algo de dinero a casa y empezar a pensar a independizarse a tener esa habitación propia necesaria que Virginia Woolf hizo visible.

Una juventud donde se inician las relaciones sentimentales, donde sus escritos los muestra a sus conocidos, una sugerencia y un editor que publicará uno de sus poemas. Y una llamada de teléfono que realiza Tove y que cambiará su vida para siempre, hechos de una vida que parece que resbalan a Tove, que podrían haber sido estos u otros e igual nos lo hubiera contado, con el mismo desarraigo. Todo parece sencillo en la vida de Tove, sencillo a pesar de estar contando una vida nada fácil.

Ha llegado el otoño y deambulo por el bosque con un traje negro con el cuello de ocelote. Voy siempre sola porque mi mundo es muy diferente al de las demás señoras, con las que solo mantengo fugaces conversaciones en las comidas.

¿Por qué te interesa tanto ser tan normal y corriente?, pregunta Ebbe asombrado. Es un hecho que no lo eres. No sé que contestarle, pero es lo que he deseado desde que tengo uso de razón.

Y la tercera de las obras: DEPENDENCIA. Brutal esta parte de su vida. Seguro que incluso edulcorada a la realidad que vive una persona dependiente a estupefacientes. Tove cuenta de una forma aséptica como llegó a esta situación tras un aborto por un embarazo no deseado y como transformó su vida, una vida que ya tenía éxito, que le permitía vivir de sus escritos, una vida que se estrechó, que quedó reducida a buscar ese momento de felicidad que le proporcionaba esa sustancia que utilizaba su marido para tenerla a su lado.

Echo de menos el cuerpecillo regordete de Helle, con sus hoyuelos en los nudillos y en las rodillas. Cuando Ebbe me la trae me pregunto con espanto: ¿y si hubiera sido a ella a quien hubiéramos negado el derecho a la vida? La subo a mi cama y juego largo rato con ella. La quiero más que nunca.

Un día a día que detalla igual que el resto de las experiencias que hacen de esta autora, alguien quizás excéntrico, alguien quizás extraordinario, alguien quizás normal.

La última frase del libro dice así:

Había logrado salvarme de mis años de adicción, pero aún hoy despierta débil en mí el ansia de antaño con solo hacerme un análisis o pasar delante del escaparate de una farmacia. Nunca morirá del todo mientras yo viva.

3 comentarios:

  1. Ana muy acetados tus comentarios.
    Mo puedo asistir al club (estoy fuera).
    Un abrazo y nos vemos en el poximo.

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    1. Muchísimas gracias. Te has perdido un club muy interesante, con este libro no es para menos. Un abrazo. Nos vemos con Hamnet.

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  2. Muchas gracias Hendrix. Bienvenido. Saludos.

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