domingo, 17 de enero de 2021

La peste– Albert Camus

Leemos un libro que ha alcanzado una actualidad que difícilmente podríamos haber imaginado hará algo más de un año. Con él iniciamos año en el Club Escuela de Mandarines.

Muchos habíamos oído hablar de esta novela, algunos la habían leído en su adolescencia. Hubiera sido fácil pensar que estábamos leyendo una distopía, quizás estemos viviendo una distopía, leer ahora, en esta pandemia, esta obra obliga a una interpretación autobiográfica, una autobiografía colectiva.

¿Cómo hubieran podido pensar en la peste, que suprime el porvenir, los desplazamientos y las discusiones? Se creían libres y nadie será libre mientras haya plagas

En la ciudad de Oran, los vecinos empiezan a ver ratas muertas, una situación a la que primero no dan importancia, pero cada vez son más, la ciudad no da abasto para retirarlas e incinerarlas y un día cesa esta situación. Pero es entonces cuando son las personas las que enferman y mueren, hay que empezar a tomar decisiones importantes, hay que dar un nombre a la enfermedad, a la situación. Una epidemia de peste que lleva a cerrar la ciudad. Las comunicaciones con el exterior están muy limitadas, aquellos que estaban de paso tienen que quedarse en la ciudad, como le sucede a Rambert, periodista que tratará por todos los medios de salir de la ciudad.

Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y, sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas.

Y desde el principio contamos con un narrador excepcional que nos mostrará los sentimientos de la gente, los cambios de prioridades, nos mostrará a tantos personajes de los que conocemos su nombre y a tantos otros anónimos. A Cottard, que no quiere que todo acabe, al juez Othon, el padre Paneloux y, por supuesto, al doctor Rieux al que le gustaría llevar la esperanza a las casas de los enfermos A Tarrou que decide ayudar, organizar lo necesario, encontrar soluciones.

…algo que se aprende en medio de las plagas: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.

Convivimos con aquellos que tienen que decir adiós a sus seres queridos y también convivimos con aquellos que ven una oportunidad en esta situación. Una ciudad que tiene que seguir adelante y, sin embargo,

Pero a fuerza de esperar se acaba por no esperar nada, y nuestra ciudad entera llegó a vivir sin porvenir.

Sin memoria y sin esperanza, vivían instalados en el presente. A decir verdad, todo se volvía presente. La peste había quitado a todos la posibilidad de amor e incluso de amistad. Pues el amor exige un poco de provenir y para nosotros no había ya más que instantes.

Albert Camus trae en estas páginas un presente actual y un futuro que nos gustaría ver cuanto antes. Retrata como pocos la naturaleza humana, la que en esta obra coloca en una situación extrema. La que tan a menudo tiene que lidiar con situaciones que dan un giro a la existencia.

Tarrou creía que la peste cambiaría y no cambiaría la ciudad, que sin duda, el más firme deseo de nuestros conciudadanos era y sería siempre el de hacer como si no hubiera cambiado nada, y que, por lo tanto, nada cambiaría en un sentido, pero, en otro, no todo se puede olvidar, ni aun teniendo la voluntad necesaria y la peste dejaría huellas, por lo menos en los corazones.

Una obra que deja un resquicio a la esperanza, cierto que la de aquellos que sobreviven a esta epidemia que un día tendrá que desaparecer, que muestra en tantas ocasiones lo mejor de cada uno, que difícilmente puede evitarse, en su lectura actual, buscar paralelismos con nuestra peste particular.

 

De este autor en el blog: El extranjero.

8 comentarios:

  1. Curiosamente yo acabo de terminar una novela que también habla de una epidemia que asola a la humanidad. En mi casa no sabía qué me iba a encontrar y cuando vi por dónde iban los tiros, casi abandono. Pero me animé a seguir y me pareció bastante bien esperanzadora, a pesar de todo. Por cierto, la novela lleva tu nombre, me he acordado de ti leyéndola.
    Éste no sé si lo leeré en algún momento pero me ha encantado tu reseña.
    Muchos besos.

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    1. Si, el tema de las epidemias parece fantástico para una novela, da mucho juego, fantástico hasta que se convierte en realidad. Pero, como dices, también nos dan la oportunidad de tener esperanzas,pocas son las que no le dejan un resquicio. En La Peste también lo hay. Supongo que porque siempre pensamos que seremos nosotros los que sobreviviremos. Ya me contarás de la tuya.
      Un abrazo grande.

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  2. Con motivo de la pandemia mucho se está leyendo esta novela de Albert Camus. Se diría que buscamos en la ficción soluciones a nuestra realidad. Y la verdad es que muchas veces -sí, ya sé que es un lugar común- la realidad imita a la ficción. Pero aalgo tenemos que acudir para procurar ir salvando la terrible situación.
    En otro orden de cosas pero también muy actual el libro de Orwell, "1984", se está leyendo desde que los populismos políticos han llegado al poder en diversos países más que nunca. La literatura esconde sentidos que a veces tardan años en verse con claridad.

    Un beso, Ana

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    1. Lo elegimos en el club de lectura: un clásico que ha sido superado por la realidad. En mi caso se ha visto muy condicionada por la actualidad, imposible no encontrar el paralelismo. Demasiadas situaciones que se repiten, poco aprendemos del pasado. Poco aprendemos de la literatura que nos va abriendo camino..."1984" "Rebelión en la granja".... Seguiremos leyendo, disfrutando de estas realidades, atrayentes siempre. Un abrazo Juan Carlos.

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  3. Albert Camus es uno de los mejores escritores y pensadores del siglo XX. Sin embargo, "La peste" no es un libro sobre la enfermedad física, sino una metáfora sobre la enfermedad moral y política que es el totalitarismo.

    Si me permites la vanidad, escribí sobre este tema. Te mando el enlace. Un saludo.

    https://puntocritico.com/2017/06/19/albert-camus-y-la-filosofia-del-limite-parte-i/

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    1. Por supuesto que te la permito. Un artículo muy interesante.
      Si, efectivamente, es la enfermedad moral la que se encuentra en el fondo de este libro. Sin embargo, viviendo la situación acutal, es muy difícil no encontrar constantemente los paralelismos entre auquella epidemia de peste y la nuestra. Lo hablamos también en el club de lectura. Reconozco que me hubiera gustado leer esta obra hace unos años, pero eso ya no va a ser posible. Ojalá, pronto, en una relectura, sea capaz de no estar tan influida por el presente. Un abrazo.

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  4. Pensé en leerlo, pero me incliné por 'El extranjero', no fuera cosa que me sensibilizara demasiado...
    Había empezado a leerlo hace más de veinte años, pero mis intereses lectores en aquel tiempo no eran los actuales y lo dejé.
    Será encontrar el momento personal más adecuado.
    Gracias por recordármelo.
    Un abrazo.

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    1. Me dicen por muchos sitios que Camus habla del totalitarismo, que la novela es una metáfora. Leyéndola justo en una situación de pandemia me ha costado mucho encontrar esa metáfora. Hay tantos situaciones diarias que se repiten en ambos escenarios...
      El extranjero es una de mis primeras reseñas de este blog. Un autor que merece la pena, un autor al que volveré pronto. Mucho que reflexionar con sus obras.
      Un abrazo.

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