Una de
mis últimas adquisiciones en Círculo de Lectores. Esta lectura parece que va a
ser mi despedida particular a un estupendo proyecto como fue Círculo de
Lectores. Una bonita despedida, una bonita lectura, aunque alguna más quedará
por casa pendiente de leer.
Dani
Mosca, músico y compositor, traslada el cuerpo de su padre para enterrarlo en
su pueblo natal, un pueblo de Castilla. Este viaje tan particular le permite recordar
su vida junto a su padre, pero no solo eso, sus algo más de 40 años de
existencia, media
vida, como diría otra autora que leí recientemente . El inicio de Las
Moscas con unos amigos del colegio, su grupo de música, un grupo que parece
tener cierto éxito y que le permite vivir de la música, aunque su padre nunca
lo vio como un trabajo de verdad. Las diferencias entre generaciones, entre el
campo y la ciudad, puesta de manifiesto en el trabajo, en lo que es importante en
la vida.
¿Y usted a qué se dedica? Yo hago canciones, le dije. A mi padre le resultaba risible oírme decir que vivía de hacer canciones. Anda, búscate un trabajo, hijo, y no hagas más el ridículo. Pero no se me ocurre una forma mejor de explicar mi oficio.
Nos
cuenta como este grupo, como él Dani Mosca, vivió los años de la movida, como
la noche, influye en las relaciones, en el modo de vida. Nos habla de familia,
de la niñez, de la madurez. De la vida que puede llevarse a aquellos que quieres
aunque sigan estando ahí.
Un día las madres dejan de darte el beso de buenas noches. En mi caso una noche no llegó el beso y aguardé silenciosamente. La oscuridad se transformó en hostil, lúgubre, inhóspita. Puede que otras noches yo mismo la llamara, pero llega la noche en que no te sientes autorizado para gritarle mamá, ¿vienes? Y no viene nadie. Puede que cuando despiertes a la mañana siguiente seas más adulto, más independiente, pero esa noche tan solo eres más infeliz.
Y
sobre todo de amistad, de esos amigos que están siempre ahí, aunque no estén,
de aquellos que están solo en una época de nuestra vida. De Gus, de Animal, de como
cada uno es diferente, de como cada uno podemos ser tan importantes para otros
sin darnos cuenta, de como nos damos cuenta de lo importantes que son otros
para nosotros.
No le pidas a tu amigo algo que tu amigo no puede darte y tendrás amigo durante muchos años.
De una
nueva familia, de la que crees que lo será siempre, de la que lo es siempre. De
como aquello que sucede nos condiciona el presente, como hechos aparentemente
fortuitos dan un giro a nuestra vida. Nos habla también de desarraigo, de esas raíces
que existían, que existen, en el mundo rural, que se pierden en una gran ciudad
como Madrid, y va más allá, cuando el hogar está tan lejos como Tokio, cuando
es el mundo entero el que puedes considerar tu ciudad, vivir en Tokio, trabajar
en Madrid o Munich.
Es difícil organizar la vida, pero la vida a veces se organiza sola para ti de una manera delicada, con una lógica que asusta, tan perfecta que es emocionante.
Nosotros somos gente normal. Ésa era la absurda definición que mi padre hacía de nosotros. Luché contra ello, con el deseo callado de no ser normal, de ser alguien especial. Pero nunca pude sacudirme de encima ese estigma, el de ser normal.
No lo conocía, pero creo que puede gustarme. Y qué pena lo de Círculo de Lectores. Cuando yo era pequeña mi madre y mi tía eran socias. Besos.
ResponderEliminarEn un artículo de El País nos dicen "mientras tú te preguntas por qué todo lo suyo se parece tanto a ti sin serlo" quizás ahí esté la cuestión. Es una lectura que habla de cada uno también.
EliminarLo de Círculo es una pena. Y en cierta forma también está relacionado con lo que nos cuenta este libro. Un presente que se convierte en pasado, en un pasado que asocias con ciertas lecturas, con ciertos hábitos.
Besos.
También compré este en Círculo, aunque en los últimos tiempos apenas pillaba nada, solo libros ilustrados para mis hijos. Planeta se ha cargó Círculo, quitando calidad y dejándonos a los lectores con cada revista muy decepcionados. En fin, los tiempos cambian. Me gustó la historia de Gus, de Dani Mosca y Animal, tres amigos unidos por la música. Sentí nostalgia, también, por un tiempo mucho menos envarado y más divertido, qué pena haber perdido lo bueno de aquellos tiempos y que persiste mucho de lo malo.
ResponderEliminarLo que me gustó menos, fue el desdén con el que trata a los pueblos. David Trueba peca un poco de complejo de superioridad urbanita, vivo en un pueblo y lo que hace en su novela es una caricatura a ratos ofensiva. Con todo, es una lectura salvable.
Un abrazo.
Tienes razón, el pueblo, los pueblos, no salen muy favorecidos en esta novela. Y, sin embargo, se supone que es un homena je a esta tierra.
EliminarEs un libro nostálgico de una época. De antesayer como quien dice, pero de un tiempo pasado. Un abrazo.
Pues lo tengo en versión digital. Lo apunté de un par de reseñas y, al haber leído 'Blitz' me pareció bueno tener éste también.
ResponderEliminarLa razón de la elección era justamente el tema de la amistad. Espero poder encararlo el próximo año.
Gracias por tus líneas.
Un abrazo.
Me ha gustado más este que Blitz. Quizás porque la historia la veo más cercana. No sé si me influye que el autor es más o menos de mi edad, que el libro está contado en forma de autoficción, que habla de los 80, que habla de cuando todavía puede haber mucho futuro pero empieza a haber bastante pasado....
EliminarUn abrazo Marcelo.
Me lo apunto, porque me ha llamado mucho la atención. Me quedo de seguidora y te invito a que te pases por mi blog si te apetece. Puedes hacerlo a través de mi perfil. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Rocío por comentar y por quedarte. Espero que te guste es una lectura que engancha. Saludos.
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