sábado, 30 de agosto de 2014

Dispara, yo ya estoy muerto – Julia Navarro

Hay, al menos, dos tipos de libros para el verano: libros ligeros, de fácil lectura, otros, que son de cualquier época, pero que en verano, por tener más tiempo, yo puedo disfrutar más y leer durante horas como se merecen, éste forma parte del segundo tipo. El libro lo conocí en la Biblioteca Básica, un programa de RNE, donde, además de otros comentarios, leyeron los primeros párrafos
Comienza así:
«Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse a uno mismo es muriendo o matando.» Aquella frase de Mohamed Ziad la había atormentado desde el mismo instante en que la había escuchado de labios de su hijo Wädi Ziad. No podía dejar de pensar en aquellas palabras mientras conducía bajo un sol implacable que doraba las piedras del camino. El mismo color dorado de las casas que se apiñaban en la nueva ciudad de Jerusalén construidas con esas piedras engañosamente suaves, pero duras como las rocas de las canteras de donde habían sido arrancadas.
Conducía despacio dejando que su mirada vagara por el horizonte donde las montañas de Judea se le antojaban cercanas.
Sí, iba despacio aunque tenía prisa; sin embargo, necesitaba saborear aquellos instantes de silencio para evitar que las emociones la dominaran.
Dos horas antes no sabía que iba a emprender el camino que la llevaría hacia su destino.
Y estas palabras picaron mi curiosidad. Un libro de 900 páginas que nos cuenta la vida de Samuel Zucker desde su más tierna infancia, cuando nos habla de su padre, hasta una época bastante reciente y que, por desgracia, sigue de actualidad, el conflicto árabe-judío en Palestina. Un libro con el que recorremos casi un siglo de historia, conocemos parte de la historia de Europa, aquella que está muy relacionada con la persecución de los judíos, el pogromo por la muerte de Alejandro II,
Las autoridades aseguran que han sido acciones llevadas a cabo por buenos ciudadanos que han dado rienda suelta a su dolor por la muerte del zar
las acciones de la Ojrana, la policía secreta del zar, ante los grupos que se organizaban para cambiar la situación de Rusia, el sueño de un pueblo, “El año que viene en Jerusalén”, un lugar donde empezar de cero pero con una historia colectiva, la convivencia entre árabes y judíos en la misma tierra, un transfondo político que no permite que esta convivencia transcurra en paz, la locura de la segunda guerra mundial, y de nuevo algo por lo que luchar, esta vez desde París, una nueva generación, y sobre todo, a lo largo de todo el libro, amistades que perduran ante cualquier situación, una amistad de varias generaciones, una amistad que puede llegar a romperse por una situación política que no permite que el sentido común esté por encima de la lucha por los derechos por una tierra que no se quieren compartir.
Un libro que te lleva por la historia, que habla de política, con el que he aprendido mucho, pero sobre todo un libro que habla de la amistad, de lo que hace que crezca y de lo que la pone en peligro, pero lo más importante, de cómo puede perdurar en el tiempo.
La realidad no es más que el reflejo de las acciones de los hombres, de manera que la realidad se puede cambiar.

Con este libro participo en leer, al menos, un “tocho” en este verano de Con un libro a cualquier parte

14 comentarios:

  1. Lo tengo pendiente de leer. A ver cuando le encuentro un hueco.

    Saludos

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    1. El hueco tiene que ser grande :), pero merece la pena. Besos.

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  2. Yo también tengo ya dos libos de la autora y no acabo de leerlos, a ver con la vuelta al cole...un besote

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    1. Yo es el primero de la autora que leo y me ha gustado mucho, aunque no creo que la vaya a considerar una de mis autoras favoritas. Un abrazo.

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  3. Me apetece muchísimo este libro, antes o después lo terminaré leyendo seguro. Besotes.

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    1. Yo me he alegrado mucho de leerlo. Ya nos contarás. Besos.

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  4. Pues yo no termino de hacerme con esta autora. Sólo leí un libro suyo que no pude terminar (y mira que yo soy cabezota para terminar libros, odio dejarlos abandonados). Pero no hay forma, se ve que no le pillo el punto, y no termino de engancharme ni a su estilo, ni a sus historias.
    Besos.

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    1. Yo tampoco dejo libros sin terminar ( bueno, eso era antes, ahora alguno puede quedar). Así me enganché con El jinete polaco de Muñoz Molina y como me alegro.
      Éste está muy de actualidad, pero como no parece que el conflicto en Palestina vaya a resolverse, seguirá estando de actualidad siempre.
      Besos.

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  5. Hola!
    La verdad es que no me termina de llamar :(
    Te sigo y te invito a que te pases por mi blog.
    Un abrazo.

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    1. Hola Dolo, un blog muy chulo el tuyo. ¡qué mes de agosto más provechoso! ¡Qué envidia, yo no he podido leer tanto! Un abrazo.

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  6. Es un libro al que le tengo muchas ganas, y eso que he leído opiniones para todos los gustos. Un besote!

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    1. A mi me ha gustado mucho, quizás por lo oportuno del tema, quizás por haberlo leído en vacaciones. Algunas veces un poco denso de más para mi gusto, pero enseguida estaba la historia de los personajes que es lo que de verdad me ha gustado, más que la parte de historia política.
      Besos.

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  7. De esta autora solo tengo uno de misterio de la sábana blanca y que no he leído. Hay tanto por leer y por subrayar... Un beso.

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    1. Yo no había leído nada de la autora, pero el libro se ha quedado lleno de post-its con frases que me han gustado, por la frase en sí o por temas personales con los que me he sentido identificada.
      Besos.

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