Este libro me llega por una gran amiga y también gran lectora debido a mi afición al ajedrez, no tan reciente ya. Un título sugerente, no es frecuente unir la palabra jugador en femenino con el ajedrez a pesar de la serie Gambito de Dama. Esta es la primera novela de una autora alemana que reside en Francia desde hace tiempo que ambienta su historia en Grecia, en una de sus numerosas islas. El detonante es una pareja francesa que juega al ajedrez y pasa unos días en el hotel donde Eleni, la protagonista, trabaja.
Eleni miró atentamente la pieza que tenía en la mano. Era un pequeño peón negro. Vaciló y trató de ponerlo en su lugar, pero no sabía dónde estaba antes. Había piezas idénticas por todas partes. Se quedó allí un momento, con el peón en la mano, mirando el tablero de ajedrez, tratando de encontrar una lógica. Por fin, abandonó, puso la figurita al lado del tablero de madera y terminó de limpiar. Lamentaba, haber echado a perder la partida, pero se consoló persuadida de que era sólo una pieza sin importancia, ya que había muchas similares. Debía ser poco importante.
Eleni cree que un tablero puede ser un bonito regalo de cumpleaños para su marido, que ambos pueden jugar juntos como esa pareja francesa que visita la isla. Panis, su marido, no puede estar más sorprendido con este regalo, pero pronto llega a olvidarlo. Sin embargo, la afición de Eleni empieza ahí, con ese tablero electrónico que le recomendó su viejo profesor al que pidió ayuda y el manual que acompaña. Su afición crece tanto que llega a poner en juego su vida familiar. Al principio su afición la lleva en secreto, solo su antiguo profesor, que es el que ejerce de entrenador, conoce la realidad. Será difícil entender en la isla que alguien como ella pueda perder el tiempo jugando, ella misma sabe que no la van a entender y esconde el tablero en el congelador, uno de los pocos lugares propios en la casa. Sin embargo, las habladurías son tan frecuentes que un día, con su indiscreta amiga Katharina, Eleni decide contar lo que pasa y efectivamente no la entiende. Una infidelidad quizás hubiera sido perdonable, pero esto… Toda la isla habla, Panis se siente perjudicado, pero Eleni sigue adelante.
Una primera novela que, sorprendentemente, ha recibido varios premios en Francia, premios locales. Un gran acierto el título elegido. Hay una película francesa del mismo título, quizás también sea un acierto para esta bonita historia al fin y al cabo.

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