Finalizamos el curso del club de lectura Escuela de Mandarines con un clásico. Una novela de 1949 de este autor cubano que nos lleva a Haití, que nos habla de la historia de este país, de sus reyes y sus esclavos de la violencia, de lo efímero del poder. Un lenguaje barroco, frondoso, para ambientarnos en un lugar especialmente rico, por lo material, pero también por la magia de sus costumbres y tradiciones. Lo fantástico que se convierte en realidad.
En el África, el rey era guerrero, cazador, juez y sacerdote; su simiente preciosa engrosaba, en centenares de vientres, una vigorosa estirpe de héroes.
Personajes que por sí mismos llenan la novela: Ti Noel, hilo conductor de las distintas épocas por las que pasa la historia de esta isla. Desde las tradiciones europeas y la esclavitud que llega desde África a los propios nativos que repiten los actos de poder. La rebelión de los esclavos contra Francia y su conversión en súbditos del rey negro Enrique I
Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse tareas.
Mackandal, principal reflejo de lo fantástico, el esclavo que pierde un brazo, que conoce frutos y semillas, que conoce aquello que es real en Haití, aquello que sería fantástico en Europa. La muerte, que llega en forma de epidemia, que llega en forma de leyenda, en la transformación de animales fantásticos, en la consolidación de una realidad que alienta un cambio.
Vida europea en tierras haitianas, esclavos que alcanzan la libertad para volver a la esclavitud cuando los negros repiten comportamientos de otros. Y mientras Ti Noel transitando entre la realidad y la fantasía, entre la tierra conquistada y vuelta a los orígenes. Entre los distintos cambios políticos que dan cuenta de lo efímero del poder, de la violencia que creemos necesaria, de aquello que no es como imaginábamos, de aquello que nos permite crear nuevas realidades para mantener el Reino de este Mundo. Y tantos otros personajes: Monsieur Lenormand de Mezy, Paulina Bonaparte, Soliman, Henri Christophe.
Y desde aquella hora nadie supo más de Ti Noel ni de su casaca verde con puños de encaje salmón, salvo, tal vez, aquel buitre mojado, aprovechador de toda muerte, que esperó el sol con las alas abiertas: cruz de plumas que acabó por plegarse y hundir el vuelo en las espesuras de Bois Caimán
¡Hola! No conocía la novela, gracias por la reseña.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Hola, Judit. Es un autor que merece la pena conocer. Yo me inicio con esta novela. Ha sido una lectura muy curiosa y enriquecedora. Un abrazo.
EliminarYo tuve mi momento Alejo Carpentier que me duró unos buenos años. Leí muchas de sus novelas (El siglo de las luces, Ecué Yamba O, Los pasos perdidos, La consagración de la primavera, y otros cuyo título ahora no recuerdo. Me encantaba Alejo Carpentier con su estilo peculiar y algo barroco. También leí El reino de este mundo y tu reseña me ha hecho recordar la magia que Carpentier logra transmitir a través de esos esclavos dominados por Europa e ilusionados por alcanzar la independencia aunque cuando la logran vuelven a estar dominados por un hombre de color que reproduce los comportamientos de los antiguos colonos. Realismo mágico en estado puro.
ResponderEliminarSeguro que resultaría una lectura muy provechosa para la tertulia Escuela de Mandarines.
Un beso
Es mi primera lectura de Alejo Carpentier. Coincido en describirlo con un estilo barroco, un estilo muy rico. Al principio me costó bastante, incluso lo abandoné por un tiempo. No sé si fue el momento, el formato...Los comentarios de otros lectores mejoraron mucho mi apreciación de esta lectura. Fue muy enriquecedor.
EliminarCreo que se merece una lectura más serena en formato papel para apreciarlo en su justa medida, quizás lo intente con esta novela de nuevo o con tantas otras que tiene el autor. Por ahora no llego a ser una entusiasta de este autor.
Un abrazo, Juan Carlos