Un regalo en forma de libro. Una historia ambientada en un lugar donde la magia es protagonista, donde los augurios condicionan el día a día. Un lugar donde el calendario rige lo que es posible, lo que hay que hacer en cada momento. 1825, un remoto lugar de Irlanda. Una historia basada en un hecho real. Nóra y Martin han perdido a su hija, su pequeño nieto Micheal tiene una enfermedad y queda su cargo, una enfermedad de la que desconocemos el nombre, una enfermedad que en ese 1825 se relacionaba con los espíritus, con Los Buenos, que llaman los lugareños. Poco después Nóra también pierde a su marido y la vida, la vida que no es nada fácil para los habitantes del valle, se complica un poco más. Son muchas las señales que justifican que la leche no se convierta en mantequilla como antes, son muchas las habladurías de las mujeres cuando van a buscar agua al pozo, de los hombres cuando acaba el día, son muchos los que fácilmente achacan los problemas a este “niño postizo”, a este duende, al que Nóra le cuesta cuidar como hijo de su hija porque piensa que Los Buenos se han llevado a Micheal y han dejado a este niño que ya no habla, no camina, aunque antes lo hiciera. Es Mary, la chica que ha contratado Nóra para que la ayude ahora que Martin no está la que cuidará de él, la que desarrollará mejores sentimientos hacia él por muy difícil que sea cuidar de él.
Nance protagonista también de la historia, la mujer que tiene un remedio para todo, que tiene un don, a los que tantos acuden cuando tienen un problema. Nance la que conoce las hierbas, conocimiento heredado de su tía Maggie, la que también vivió la experiencia de tener alguien cercano, su madre, a la que se llevaron Los Buenos, la que vive a la orilla del río en una choza construida hace tiempo, la que recuerda tantos y tantos consejos que recibió, a la que muchos tienen miedo.
Nóra que acude a tantos para que la ayuden a recuperar a su nieto, para que devuelvan a ese duende a Los Buenos, donde siempre ha debido estar, tantos que le dicen que no pueden hacer nada, tantos, y es Nance la que cree conocer como actuar, como hacer que Micheal vuelva, la que tiene varios remedios que irá poniendo en práctica, esa abuela que cree que está haciendo lo mejor para recuperar a Micheal. Esa abuela que no comprende que otros no vean lo que ella ve en esta situación.
Una historia que es difícil de entender con la perspectiva de hoy en día pero que no está tan lejos, una historia que nos recuerda que siempre buscamos una causa y que si esa causa existe, encontraremos un remedio.
Recuerdo con mucho cariño esta lectura y me resultó tan especial, que incluso la regalé a alguien a quien aprecio mucho. :p
ResponderEliminarMe pareció dura pero mágica.
Besos
Un regalo estupendo de alguien a quien aprecio mucho :)
EliminarUna lectura con la que he disfrutado y también con la que he sufrido. No es una lectura amable. Increíble lo bien ambientada que está.
Afortunadamente no suelo leer las sinopsis, así mantuve una pequeña chispa de esperanza, no creo que llegara a rayo.
Estupenda lectura. Besos.
Hola Ana! De este libro solo leo maravillas y muy merecidas, yo fui medio reacia con su lectura porque quede tildada con Los Buenos de la autora y me engancho y a este me tiraba para atrás lo del niño...pero fue llevado a la perfección, es una magnifica autora.
ResponderEliminarGracias por compartirla, saludosbuhos!!!!
Perdon, la anterior lectura fue Ritos funerarios.
ResponderEliminarSi, de Ritos funerarios habla todo el mundo muy bien, yo todavía no lo he leido. A veces las expectativas en una segunda lectura de un autor no llegan a alcanzarse, a mi también me cuesta leer una siguiente novela cuando me ha gustado mucho la anterior. Piensas que será igual o mejor y no siempre lo es, posiblemente no somos nosotros los mismos. Saludos.
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