Vuelvo a Víctor del Árbol después
de asistir a una jornada literaria en la que él participaba. Después de
escucharlo y de que una amiga me regalara este libro me he decidido a conocer
un poco más a este autor. Había leído La víspera de casi todo y tenía el recuerdo de una historia sombría y que
dejaba un nudo en el estómago. Y ¿qué ha pasado con Un millón de gotas? Pues
prácticamente lo mismo. En aquella jornada, no recuerdo si fue él o algún
asistente, se comentó que se lo hacía pasar muy mal a los personajes.
Acertadamente alguien replicó “y a los lectores también”.
En Un millón de gotas tenemos numerosas
historias que se entrelazan, historias que se convierten en la misma, presente
y un pasado lejano que lleva a este presente, protagonistas que vamos
descubriendo, que se conocen, que ya conocemos cuando aparecen y muchos años
para saber de ellos. Historias de familia que conocen aquellos que son extraños
para nosotros y, sin embargo, no nosotros mismos. Todo lo necesario para que un
libro enganche.
Un inicio muy
llamativo con el que iremos descubriendo con calma, gota a gota, todos los
entresijos de la vida de un protagonista como Elías Gil que llena toda la
novela. Un protagonista al que conoceremos apenas empezando la Universidad y
del que se irá desvelando ese millón de detalles que llevan a cada uno y a los
que lo rodean a una vida única. Y otro protagonista indiscutible: Un siglo XX
que nos trae toda su crudeza y no tiene compasión, especialmente con Elías.
Un autor al que
volveré, aún teniendo el estómago en un puño durante toda la lectura, he
disfrutado con esta historia descubriendo como aquellos que están a nuestro
alrededor, aquellos que ya no están, tienen un pasado que no conocemos, incluso
cuando ese pasado fue compartido en el tiempo. Y esa Matrioska, protagonista,
como esa trama que esconde al responsable de todo, como ese millón de
vericuetos que tiene esta historia.
La primera gota es la que empieza a quebrar la piedra.La primera gota es la que empieza a ser océano.
De este mismo autor
en este blog: La víspera de casi todo.
Cada vez que viene un escritor por la cuidad intento no perdérmelo. Y me suele ocurrir como a ti, que me da un empujón para leer sus novelas. El otro día me pasó con Manuel Vilas, el autor de “Ordesa”. No tenía intención de leerla pero tras escucharlo seguramente lo haga.
ResponderEliminarCon Víctor del Árbol todavía no me he estrenado. Me gusta lo que dices de la novela, aunque nos haga pasarlo mal y tengamos el estomago encogido durante la lectura. Al final lo que le pedimos a un libro es que no nos deje indiferentes. Y parece que Victor del Árbol sabe cómo hacerlo.
Estupenda reseña.
Un abrazo.
Si, escuchar al autor en directo es una oportunidad estupenda para nuevas lecturas. A veces esas lecturas quedan pendientes pero escuchar al autor, en cualquier caso, muestra aspectos desconocidos que enriquecen la lectura si finalmente llega. Y descubrir otras... que la tiranía de las novedades lleva a dejarlas relegadas. Ya nos contarás de Ordesa no es una novela que me llame la atención, pero imagino que terminaré leyéndola. Un abrazo Juan Carlos.
EliminarEste libro es brutal, me dejó tocada un tiempo. Un beso.
ResponderEliminarTienes toda la razón. Me llevó un tiempo salir de él. Estuvo presente en mi día a día durante bastante tiempo. Un abrazo.
EliminarPor recomendación, tengo disponibles los dos títulos del autor que señalas, pero aún no me estrené con él. Buena ocasión para hacerlo, tras tu reseña, Ana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Marcelo elige el momento. Te mantendra con un nudo constante en el estómago. Lo he disfrutado mucho, pero no es una historia fácil. Un fuerte abrazo.
EliminarHola Ana!! Gracias por descubrirme este título, no lo conocía y tiene muy buena pinta. ¡Gran reseña! Besos!!
ResponderEliminarUn libro duro sobre una historia que no es tan conocida pero que ahí estuvo no hace tanto tiempo. Y también que nos puede llevar a reflexionar ¿qué conocemos de nuestros padres? Besos.
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