Llegué a Chirbes tras su
fallecimiento, confieso que no recordaba haber oído hablar de él antes, ni
tampoco recordaba haber leído ninguna de sus obras.
Y para poner remedio empiezo por
su última novela: París-Austerlitz, una novela póstuma escrita a lo largo de veinte
años y en la que nos presenta un mundo bastante decadente, un París de finales
del siglo pasado, quizás no el que estamos acostumbrados a imaginar cuando
pensamos en él, o quizás aquel que lo hizo tan famoso al principio del siglo
pasado visto desde la cercanía, sin el embrujo de los artistas famosos que allí
vivieron.
Una historia que muestra una de
las caras de la plaga de finales del siglo pasado a la que hoy se le ha perdido
el miedo. Nos presenta una relación donde priman las diferencias: edad y clase
social, diferencias que parecen no importar en los momentos de felicidad, en
los momentos en los que Michel acoge a un joven pintor español que quiere
iniciar una carrera, una vida por si mismo, lejos de todo lo que conoce, en la
ciudad soñada por cualquier artista.
Chirbes nos cuenta toda la
historia desde los pensamientos de este joven pintor en uno de sus momentos más
difíciles, sus dudas, sus fracasos, quizás su traición.
…sufre cuando te ve, le traes los recuerdos, echas sal en la llaga. Me marchaba de allí sin volver la cabeza…
Pero también conocemos a Michel,
aunque siempre desde la parcialidad de sus recuerdos, de aquello que él
conoció. En uno de los momentos más dramáticos y de aquellos otros que trae el
recuerdo, momentos de un comienzo, de alegría, de vivir pensando solo en el
presente.
Una novela corta, pesimista
quizás, que muestra una realidad tan frecuente, diferencias que terminan
haciendo daño, diferencias a la hora de vivir una relación, narrado de una
forma espectacular desde los pensamientos de uno de sus protagonistas, contado
como podríamos justificar cada día historias de nuestra vida, difícil de llevar
de forma tan magistral a las páginas de un libro.
A pesar de lo que dices no me llama demasiado tanta decadencia y pesimismo
ResponderEliminarYo empecé a leerlo sin saber muy bien de que iba. Es cierto que a veces apetecen lecturas más alegres. Gracias por pasar y comentar. Besos.
EliminarYo leí en su día "Crematorio" y me pareció un libro con fuerza. Tengo pendiente "En la orilla" y este que ahora reseñas. Crematorio , más que pesimista, es realista, pero de un realismo bastante desolador.
ResponderEliminarUn saludo
Me he quedado con ganas de leer más libros de Chirbes, me apunto estos dos, gracias Juan Carlos.
EliminarYo te diría que "Crematorio" y "En la orilla" son sus obras mayores, monumentales. Me encanta "La buena letra", muy breve, intensísima. Leeré la novela de la que hablas muy pronto. Chirbes fue un grande, voluntariamente alejado de los focos. Tuve la suerte de hablar con él tres meses antes de su muerte.
ResponderEliminarTendré en cuenta tus recomendaciones. Una pena haberlo conocido tan tarde por mi parte, pero al menos su obra está ahí y es la mejor forma de conocer a un escritor. He oido muy buenas críticas, así que seguro que será un placer leerlo, aunque puedan ser historias no tan alegres como nos gustaría. Un abrazo.
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