El club de lectura de Espinardo me lleva a Santiago de Chile a septiembre de 2005, al día del entierro de Amelia, al que asiste Miguel Flores. Pronto retrocedemos en el tiempo, a 1985:
-Estái relegado – le informó el otro.
Así se enteró Miguel Flores de su condena.
Y conforme van pasando las páginas voy llegando yo también a las inmediaciones de La Novena, el lugar a donde Miguel Flores pasará su tiempo de condena, un lugar en el interior de Chile lejos de los suyos. Un libro en el que me ha costado entrar, quizás por el lenguaje, quizás por el tema de fondo pero que finalmente consiguió atraparme.
Tenemos a Miguel en
Una casa desocupada al lado de un quiosco, podía usarla, le habían dicho los pacos, una mediagua del Hogar de Cristo que no tenía dueño.
Cuatro palos parados, planchas de madera terciada y un techo de zinc; mejor que nada. Su única habitante una lagartija.
En una manifestación contra la dictadura de Pinochet, un perro se cruzó en su camino y le impidió escapar. El castigo: un lugar aislado sin contacto con los suyos y sin recursos, teniendo que ir a firmar al puesto de policía todos los días.
Son bastantes los que no quieren que esté allí, otros lo ayudan a pasar ese tiempo con lo poco que tienen, pero, sobre todo, Amelia, la dueña del fundo de La Novena, la que representa aquello que Miguel detesta, lo protege y también alimenta su alma con lecturas y conversaciones hasta un día de tormenta, ese día la vida cambia para Miguel, pero sobre todo para Amelia, mujer fuerte, con una tradición de mujeres apegadas a la tierra.
La novela se traslada a Inglaterra a finales del siglo XX y es allí donde encontramos a Miguel, un Miguel que ha tenido éxito en la vida como publicista, y, cómo él, nos vamos enterando de lo que pasó aquella noche de tormenta y los días que siguieron, son varios los puntos de vista que tenemos gracias a los distintos personajes que cuentan la historia, aquellos que conocimos en las conversaciones entre Amelia y Miguel, aquellos que ahora son los que tienen voz propia. Un círculo que se cierra cuando Miguel vuelve a La Novena, lugar donde hay tantos recuerdos, dónde es él el que ayuda a otros a conocer lo que pasó aquella noche de tormenta y los días que la precedieron.
No conocía el libro, pero, por ahora, no me lo llevo. Besos.
ResponderEliminarGracias por pasar. Cada libro tiene su momento. Un abrazo.
EliminarTomo nota, no lo conocía =)
ResponderEliminarBesotes
Igual me pasó a mi, pero ha sido un buen descubrimiento, aunque me costó un poco al principio. Saludos.
EliminarNo conocía a esta autora. Voy a seguirle un poco la pista.
ResponderEliminarGracias por tu reseña
Un beso
Muchas gracias por pasar, Juan Carlos. Un abrazo.
EliminarUf, la autora es muy buena.
ResponderEliminarSi he leído mucho de ella , no en este caso.
Seguro veré de conseguirlo.abrazosbuhos! !!
Ya nos contarás. Gracias por pasar, estaría bien seguir la pista de esta autora. Saludos.
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