La bomba atómica que cayó sobre
Nagasaki, quizás el detonante de esta historia, la de aquellos que
sobrevivieron, la de aquellos que fueron sobrevivientes anónimos, una historia
que les da voz.
En cuanto a la
guerra y a la bomba atómica que cayó en Nagasaki, mi madre se negaba a hablar
del asunto. Más aún, me prohibía decir en público que era una sobreviviente de
la bomba. Pese a toda la curiosidad que yo había sentido desde niña, tenía la
obligación de dejarla en paz. Me parecía que seguía sufriendo la pérdida de su
padre a quien la carnicería se había llevado.
Nosotros, sin embargo, si que
veremos satisfecha esa curiosidad por una historia, quizás poco contada, la de
aquellos que vivían en el Japón del 45, la de aquellos que fueron protagonistas
en primera persona de uno de los relatos de la historia que nunca debería
haberse producido. Sin embargo, la historia que conoceremos no es la Historia
con mayúsculas, sino aquella otra intimista, la del día a día, la de cada uno que
puede esconder grandes secretos. Y también como esta hija, descubre tras la
muerte de su madre que la mañana del bombardeo ella mató a su padre, como ha
vivido con ello toda su vida y qué circunstancia llevan a alguien a realizar
esta acción.
La historia está contada en 5
partes, cada una de ellas con capítulos cortos, y en cada una de ellas uno de
los protagonistas es el que nos cuenta su historia, historia que puede transcurrir
en el presente, historia que puede transcurrir en aquellos años 40, incluso
años antes. Como no siempre conocemos los secretos de aquellos a los que más
queremos, como esos secretos, esas situaciones van a influir tanto en la vida
de otros.
Y la historia de una tradición
japonesa, la de los herederos de familias que tienen un legado, la historia de
aquellos que quedaron huérfanos, la de aquellos que tienen un padre ausente, la
de aquellos otros que llegan desde Corea a ese Japón previo a la 2ª Guerra
Mundial, marginados de la sociedad, la de todos que tienen que sobrevivir a sus
propias circunstancias en un Japón donde la tradición tiene un gran peso.
Una novela deliciosa que llegó a
mi como regalo de Reyes, una historia japonesa, donde se disfruta no solo con
lo que cuenta, sino, y sobre todo, con como lo cuenta. Épocas entrelazadas en
la memoria que llegan a nosotros y nos permiten una visión de 360º de estos
protagonistas que conforme pasan las páginas llegan a convertirse en parte de
nuestra historia.
Ana, éste me lo llevo de calle. Me ha parecido una propuesta muuuuy tentadora.
ResponderEliminarBesos
Creo que te gustará. Es una forma de contar una historia muy envolvente. En la forma y en el contenido: Ninguno de los personajes llega a tener tanta información como nosotros y eso es curioso. Un abrazo grandote.
EliminarOtro libro del que tengo versión digital. Aún no me he estrenado con la autora, y mira que me gustan las letras de Oriente...
ResponderEliminarMe recuerda un poco a Tamiki Hara y su 'Flores de verano'.
Gracias por recordarme su existencia.
Beso.
Fue un regalo de una amiga. Disfruto con la lectura oriental y este se suma a la lista. Debo reconocer que durante algunas partes del libro anduve perdida, quizás también ayudado por una lectura errática por mi parte por falta de disponibilidad de tiempo.
EliminarNo conozco "Flores de verano" ni a Tamiki Hara, me los apunto. Gracias por la recomendación.
Un abrazo.