domingo, 4 de agosto de 2024

Veneno de cristal – Donna Leon


Llega el verano y llega Donna Leon a mi verano. En esta ocasión vamos a visitar Murano y sus famosas fábricas de vidrio. Empieza la novela con un favor, un amigo de Vianello ha sido detenido por una manifestación medioambiental. Vianello pide a Brunetti que lo acompañe, una visita extraoficial que facilite la salida del manifestante de la comisaría. Es allí donde Brunetti conocerá a varios de los protagonistas de la historia que desarrolla esta novela, al dueño de uno de los hornos, a su hija, conocerá distintas historias familiares, las amenazas que podrían ir a más o quedar en nada. Historias de Murano, una famosa por sus hornos donde se trabaja el vidrio, historias de la política de la propia Venecia.

La vida transcurre tranquila en la comisaría de Venecia, papeleo que gestionar, el de los inmigrantes menores de edad que hay que registrar. No hay ningún asesinato, pero Brunetti empieza a preguntar a aquellos que conocen a los implicados en las amenazas, quiere saber si piensan que puede ser una realidad o quedar solo en algo que se dice en un momento de arrebato. Amenazas, pero no solo, también hay denuncias, denuncias de contaminación y los efectos sobre la hija del guardián de noche de los hornos. Una investigación, que no puede llamarse así, que discurre de forma tranquila como es habitual en las historias de esta serie. La familia, la comida, la literatura no se olvidan. Hasta que finalmente si que llega un cadáver, un cadáver frente a uno de los hornos de Murano, un cadáver que no llegamos a saber si es resultado de un asesinato o de un accidente. Una historia “acogedora” que nos muestra la naturaleza humana y una Venecia lejos de los turistas. Una delicia.

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2 comentarios:

  1. Me gusta Donna Leon, los últimos libros bastante menos (tira de oficio). Este que comentas sí, creo que es de los mejores.

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    1. Este me ha gustado especialmente. Es llamativo conseguir el interés sin necesidad de que haya un asesinato de partida. Y, como siempre, poniendo en valor la familia, la gastronomía, la literatura, no tan habitual en la novela negra. Un abrazo.

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