domingo, 16 de febrero de 2020

El quinteto de Nagasaki - Aki Shimazaki


La bomba atómica que cayó sobre Nagasaki, quizás el detonante de esta historia, la de aquellos que sobrevivieron, la de aquellos que fueron sobrevivientes anónimos, una historia que les da voz.

En cuanto a la guerra y a la bomba atómica que cayó en Nagasaki, mi madre se negaba a hablar del asunto. Más aún, me prohibía decir en público que era una sobreviviente de la bomba. Pese a toda la curiosidad que yo había sentido desde niña, tenía la obligación de dejarla en paz. Me parecía que seguía sufriendo la pérdida de su padre a quien la carnicería se había llevado

Nosotros, sin embargo, si que veremos satisfecha esa curiosidad por una historia, quizás poco contada, la de aquellos que vivían en el Japón del 45, la de aquellos que fueron protagonistas en primera persona de uno de los relatos de la historia que nunca debería haberse producido. Sin embargo, la historia que conoceremos no es la Historia con mayúsculas, sino aquella otra intimista, la del día a día, la de cada uno que puede esconder grandes secretos. Y también como esta hija, descubre tras la muerte de su madre que la mañana del bombardeo ella mató a su padre, como ha vivido con ello toda su vida y qué circunstancia llevan a alguien a realizar esta acción.

La historia está contada en 5 partes, cada una de ellas con capítulos cortos, y en cada una de ellas uno de los protagonistas es el que nos cuenta su historia, historia que puede transcurrir en el presente, historia que puede transcurrir en aquellos años 40, incluso años antes. Como no siempre conocemos los secretos de aquellos a los que más queremos, como esos secretos, esas situaciones van a influir tanto en la vida de otros.

Y la historia de una tradición japonesa, la de los herederos de familias que tienen un legado, la historia de aquellos que quedaron huérfanos, la de aquellos que tienen un padre ausente, la de aquellos otros que llegan desde Corea a ese Japón previo a la 2ª Guerra Mundial, marginados de la sociedad, la de todos que tienen que sobrevivir a sus propias circunstancias en un Japón donde la tradición tiene un gran peso.

Una novela deliciosa que llegó a mi como regalo de Reyes, una historia japonesa, donde se disfruta no solo con lo que cuenta, sino, y sobre todo, con como lo cuenta. Épocas entrelazadas en la memoria que llegan a nosotros y nos permiten una visión de 360º de estos protagonistas que conforme pasan las páginas llegan a convertirse en parte de nuestra historia.

domingo, 2 de febrero de 2020

Estamos todas bien – Ana Penyas




Un comic que llega a Te leeré miércoles. Ana Penyas hace un homenaje a sus abuelas con estas imágenes que nos llevan con tonos rojos a un pasado tan presente para tantos. Empieza la novela con una cita de Carmen Martín Gaite.
[…] Aquellas ejemplares Penélopes condenadas a coser, a callar a esperar. Coser esperando que apareciera un novio llovido del cielo. Coser luego, si había aparecido, para entretener la espera de la boda. […] Coser, por último, cuando ya había pasado de novio a marido, esperando con la más dulce sonrisa de disculpara para su tardanza la vuelta de él a casa
Primero Maruja, a la que presenta en un sillón, levantándose de un sillón. Transmitiendo, con esos dibujos repetitivos. el paso del tiempo, las dificultades de la edad, cómo algo tan sencillo como levantarse de un sillón puede llevar tanto tiempo.
Y de ahí, a la historia, retazos de una vida contada a una vecina, de como trabajaba en un bar, recuerdos que llegan después de la llamada de una nieta que dice que va a contar tu historia. La vida de la mujer del médico del pueblo, de un pueblo al que llegan donde no conoce a nadie, donde todo el mundo sabe quien es.
Me subía a una terraza que teníamos y al mirar el río, me acordaba de las Navas y me daba una pena. Él era médico y yo no era nadie.
Y Herminia, la abuela materna, que tuvo que emigrar a Valencia, con 6 hijos y un marido camionero que pasaba mucho tiempo fuera. Hijos, que durante los 70, les dieron preocupaciones. Una época donde la política podía ser peligrosa
Lo mejor que me ha pasado en la vida es conducir
Maruja nos cuenta los 80 en Madrid, los años de la movida, los años en los que además de música había otras cosas. Los años de El Corte Inglés. Los años en los que, con imaginación, podían llegar ingresos extra.
Y todo entralazado con la propia creación del libro, con Ana hablando con sus abuelas, documentándose, con el ahora, el día a día de cada una, ese teléfono que suena, esos churros, la televisión al fondo.
Un bonito homenaje personal que nos lleva también a la historia de una generación.