domingo, 29 de abril de 2018

Contra la hipermetropía - Fernando León de Aranoa


Una gran oportunidad para conocer a este cineasta: guionista y director, en otra de sus facetas de contador de historias, historias que llegan al fondo del alma y que se transforman en imágenes en esas películas que nos traen a aquellos que conviven tan cerca y que, sin embargo, tenemos tan lejos.

El club Escuela de Mandarines nos ha traído una recopilación de textos de este autor. Un libro dividido en cuatro partes, una primera con textos relacionados con sus películas, columnas, prólogos, presentaciones, premios, quizás la parte más “anodina” no porque lo sea, sino por comparación con el resto de los textos. Llega a continuación una de las más me ha gustado: una recopilación de textos que nos presentan las películas del autor contadas por él mismo: material con el que preparó las películas, la presentación de los personajes, el porqué de ellos, dibujos que ayudan a situar la escena, anécdotas del rodaje… el cine visto desde dentro con un cineasta que se preocupa por las historias que tenemos a nuestro lado. Y una tercera y cuarta parte con “otros textos” en esta recopilación de sus publicaciones periodísticas y “cuentos”. Historias, algunas autobiográficas, fantástica su forma de dar las gracias a Chicho Ibáñez Serrador por lo que le enseñó, un bonito relato que transmite una forma de trabajar y sobre todo admiración y agradecimiento. Historias sencillas y tan profundas como la del chico sin sombra, o como la del abuelo que no murió cuando le tocaba porque no podía oír a las sirenas, tema que nos cuenta también en su primer corto. O como Locutorios que tan bien refleja la distancia.
En alguna entrevista indica que quiere contar lo cotidiano, no necesariamente lo heroico, aunque quien sabe si precisamente ahí es donde encontramos a los héroes.

Todo esto tiene que ver con la mirada. La mirada que tenemos sobre las cosas es lo más importante, más importante incluso que las propias cosas. Es lo que vemos en ellas lo que tiene importancia, no lo que son.

Y la mirada de Fernando León de Aranoa que hace importante aquello que nos cuenta.

2 comentarios:

  1. Me alegra que lo hayas disfrutado, yo la verdad es que no creo que lo lea porque no es una figura que me interese demasiado.
    Un beso!

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    1. A mi me ha sorprendido bastante, era un personaje que no conocía apenas y ha sido una oportunidad. Pero, claro, hay tanto por leer... Besos.

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