Berta Isla llegó a
casa como un regalo, uno muy acertado. Disfruto mucho con los libros de Javier
Marías, más que con la historia con la forma en la que está escrita. Y con Berta
Isla se ha vuelto a repetir.
Un libro de
esperas, de incertidumbres, de la distancia que nos separa de los que más
conocemos.
Berta Isla sabía que vivía parcialmente con un desconocido. Y alguien que tiene vedado dar explicaciones sobre meses enteros de su existencia se acaba sintiendo con licencia para no darlas sobre ningún aspecto.
Al igual que en
otras novelas de Marías, uno de los protagonistas nos contará la historia, una
historia que se inicia en la adolescencia cuando Berta y Tomás se conocen, toda
una vida por delante y caminos insospechados que se abren.
Había descubierto que vivir en la certeza absoluta es aburrido y condena a llevar una sola existencia, o a que sean la misma la real y la imaginaria, y nadie escapa enteramente a esta última.
Y Berta vivirá en
la certeza un tiempo y de repente llegará la incertidumbre, una incertidumbre
que llegará de una forma muy dolorosa, la amenaza vital a un hijo. Un giro
inesperado para una vida que ya nunca volverá a la tranquilidad, una vida
distinta con la que tendrá que aprender a seguir adelante. Y sigue adelante y
podría decirse, cualquiera que la vea en su día a día, que tiene una vida
estándar. Y, sin embargo, ¿Qué es una vida estándar?
El anterior septiembre yo cumplí los cuarenta y no di crédito, me sentía mucho más vieja y también mucho más joven, como si fuera una mujer sin edad que ya ha atravesado cuando le tocaba atravesar y en realidad no ha recorrido más que un corto trecho, con la vida simultáneamente acabada y sin empezar del todo.
Y mientras Tomás, también
acompañaremos a Tomás, de padre inglés y con gran facilidad para los idiomas.
Un agente de su Majestad sin las estridencias de las películas de James Bond. Y
de él poco nos podrá contar Berta, será un narrador desconocido el que nos
permita acompañarlo en los momentos clave de su vida. Esos que Berta espera
conocer algún día.
Una novela
ambientada en el Madrid de los años 70, 80…, esa historia de nuestro país tan
cercana en el tiempo y tan de otro siglo. Un placer acompañar a Berta en su
espera, esa espera contada con calma, la calma, que vista con perspectiva, está
presente en la rutina diaria de cada uno, esa calma que pensamos que no existe
cuando miramos de cerca aquello que nos pasa.
Del mismo autor en Cuéntame
algo…
Pues si parece interesante leerlo.
ResponderEliminarSin duda tendrá similitud con etapas de nuestra vida misma en las que nos veremos reflejados.
Para aquellos que conocieron Madrid en los 70, seguro que les trae muchos recuerdos.
EliminarVemos como ha cambiado la vida sin darnos cuenta casi, por ejemplo, como eran las comunicaciones antes del teléfono móvil, cómo se podía estar días sin hablar con los más cercanos que estaban fuera y era normal.
Y sobre todo esa forma que tiene Marías de contarlo tan acogedora.
Un abrazo.
Me gusta la prosa de Javier Marías, pero no he leído sus últimas novelas (aunque no me pierdo ninguno de sus artículos de El País Semanal) . Me quedé en la trilogía de “Tu rostro mañana” que me pareció genial. Después de leer tu reseña tengo la sensación de que “Berta Isla” tiene algo de aquella obra, sobre todo el mundo del espionaje. Puede que sea el momento de retomar a Javier Marías.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues la que comentas no la he leído yo. Pero todas las que he leido, cuatro por ahora, tienen en común esa prosa que indicas. Las historias a veces las confundo, tienen en común los tiempos y lo importante para mí es la forma en la que estan contadas más que lo que cuentan, si, y tambien ese tiempo. Un abrazo.
EliminarSoy un lector de Marías con trienios. En mi modesta opinión, su prosa es la mejor de la literatura española. Otra cosa es el interés que tengo por sus novelas. Desde "Negra espalda del tiempo" muy poco. Y no será porque no lo he intentado, pero creo que ha bajado mucho la calidad de sus historias. No así su pulido e hipnótico estilo, eso siempre es un placer.
ResponderEliminarYo no he leído mucho de Marías, me gusta la cotaneidad donde se ambientan sus novelas pero especialmente su forma de contarlo, como dices. De las historias que he leído es fácil entremezclar los argumentos en mi cabeza, tampoco es que me disguste, pero entiendo que, en mi caso, se confirma también que la historia no es lo más importante. Saludos Albert.
EliminarMe cuesta mucho volver a Marías. Leí hace bastante "El hombre sentimental", "Todas las almas", "Corazón tan blanco" y "Mañana en la batalla piensa en mí" y quedé deslumbrado. Los últimos -me pasa como a algunos comentaristas- me han dejado frío y, aunque me gusta mucho su estilo, no me parece suficiente. Supongo que lo leeré, no obstante.
ResponderEliminarYo sigo disfrutando con su lectura, las historias me llaman la atención, los que he leído tienen a personajes curiosos para mi, normales para un líbro pero no habituales. Ya nos contarás si finalmente lo lees. Un abrazo.
EliminarPues a mí me da vergüenza reconocer que nunca he leído a Marías... Y mira que me han llamado títulos, pero unos por otros, la casa sin barrer. Este me llama también, a ver si me hago con el. Muchas gracias por tu reseña. Saludos desde locura de lectura
ResponderEliminarHay tantos autores, tantos libros por leer... Eso leí que comentaba Rosa Montero, que nos agradecía mucho que fueramos sus lectores con tantos libros interesantes en el mercado... Yo a Marías lo descubrí hace poco, aunque creo que algo había leído de él hace tiempo, pero no lo recordaba especialmente. Ultimamente si pasa bastante a menudo por casa :) Besos.
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