Para el alma que
ella dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi
cuerpo y en el nombre por el que me llamaba.
Una novela que pone de manifiesto
el valor de la escritura como recurso terapéutico. Dos amigas del instituto que
se encuentran años después, quizás en su cuarentena, la autora no nos lo revela.
Un encuentro casual que trae a la memoria un pasado feliz, pero una amistad
que se enfrió evitó que ambas conocieran su presente. Mariana, una psiquiatra
con pacientes que no solo quedan tras las puertas de su consulta, Sofía, una
mujer con un matrimonio que se resquebraja.
Por
favor, Sofía, sigue por donde sea y hablando de lo que sea, porque a todo lo
que tocas le sacas jugo, lo más sórdido y rutinario lo conviertes en
literatura. Echas sobre la mesa un dos de espadas y resulta que era el rey de
oros. No tiene derecho a malversar ese don.
Y ahí comienza una relación
epistolar entre ambas, esas cartas que Mariana escribe y que no llega a enviar,
esas cartas que escribe desde Puerto Real, desde ese lugar donde ha llegado huyendo,
huyendo no se sabe bien de qué, no sabe bien de qué, huyendo de su vida,
quizás, esas cartas que la ayudan a recolocar en su sitio una vida, esa
interlocutora, Sofía, que conoce tanto de aquella adolescente que fue, de esa
adolescencia que tanto nos condiciona.
Pensaba
con nostalgia en lo fácil que me resultaba escribirte tiempo atrás, cuando no
había que hacer un “resumen de lo publicado”, cuando bastaba con simples
alusiones, con echar mano de un lenguaje común que reflejaba gustos, bromas, y
emociones comunes.
Y Sofía, que rellena cuadernos
para Mariana, ella que quería ser escritora, ella que tiene una vida acomodada,
ella que inició esta vida por un embarazo no deseado, esos hijos que ya no
están en casa, ese marido del que no llegó a enamorarse, esa noche que quiso
acompañarlo a aquella exposición.
Tantas palabras, cuando el
interlocutor es el adecuado, tantas páginas que quizás no lleguen a su
destinatario, tantas páginas que han curado corazones locos.
Dos vidas, la de Mariana y la de
Sofía, que vamos a conocer a la vez que ellas mismas, ese tiempo necesario para
contar la propia vida, para entender, para perdonar. El camino que ambas
necesitaban recorrer para volver a empezar.
Y, sin embargo, a pesar de tantas
palabras, puede que la vida no tenga cura:
-Se
lo cuento –me dijo un día- para que usted lo escriba, porque así no lo
desperdicio y un poco para desahogarme, por eso hablo con usted, que no se
escandaliza de nada, como es natural, y me resulta cómodo. Pero no para que me
cure, eso ni por las entretelas del cerebro se me pasa, porque la vida,
doctora, no tiene cura.
Lean a Carmen Martín Gaite,
escriban.
Esta novela me gustó mucho cuando la leí hace ya bastantes años. La escritora salmantina siempre me ha gustado y varios libros suyos han ido cayendo a lo largo de mis años lectores. Creo que es una de las escritoras que mejor sabe explorar y presentar el alma femenina. Antes, mucho antes de toda esta tremolina del feminismo Martín Gaite ya estaba allí hablando, presentando, comentando, denunciando... aspectos positivos y negativos del mundo en que las mujeres habitaban. Fantástica escritora.
ResponderEliminarUn beso
Efectivamente, Juan Carlos. Una novela fantástica que creo que sigue vigente a pesar de los cambios tecnológicos en la sociedad. Al menos para los que conocimos aquella época. Ha sido fantástico leer esta obra. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Un abrazo, Juan Carlos.
EliminarQué ganas de hincarle el diente a esta joya, y qué suerte tenerla ya entre manos. Miles de gracias. ❤️
ResponderEliminarEspero que la disfrutes tanto como yo. Un fuerte abrazo.
EliminarLa leí hace mucho tiempo y, efectivamente, es excelente. Hace más tiempo aún leí "Usos amorosos de la posguerra en España", entre la sátira, el testimonio histórico y la crítica social. Una gran autora, sin la menor duda.
ResponderEliminar"Usos amorosos..." fue uno de mis primeros libros del Círculo de Lectores, muy buenos recuerdos que me trae. Es una autora fantástica. He estado mucho tiempo sin pasar por sus páginas, espero visitarla más a menudo ahora que la he reencontrado. Gracias, Atticus.
EliminarMadre mía, ya treinta años desde que leí esta novela. Por entonces andaba y algo distanciada de una amiga del colegio con la que hacía algunos años que no tenía contacto y esta lectura me tentó para volver a buscarla y retomar la amistad, pero la pereza de siempre, hizo que todo quedara en nada. Me gustó esta novela como me gustaron todas las de la autora que he leído. Es la típica escritora a la que de tanto en tanto me propongo releer. Me ha encantado releer esta magnífica novela contigo.
ResponderEliminarUn beso.
Es una novela que trae muchos recuerdos, cada uno podemos identificarnos en alguna de tantas sentimientos que muestra. Sin duda, me quedo con la capacidad terapéutica de la escritura. Con esos sentimientos que se transforman al ponerlos por escrito, al tener tiempo para pensar en ellos. Un bonito homenaje. Un abrazo, Rosa.
EliminarEn ocasiones se hace difícil escoger lectura, seguramente porque hay mucho donde elegir, pero si una obra te señala directamente esa hay que leerla sí o sí. Gracias por mostrarmelo. Un abrazo, Ana.
ResponderEliminarUn placer descubrirte esta novela. Espero que te guste si finalmente la lees y ya me contarás. Es una autora con la que es difícil fallar. Un fuerte abrazo.
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