Justo para San Isidro empiezan los problemas para la viuda Asís Taboada, marquesa de Andrade. Unos días antes apenas había cruzado unas palabras con Diego Pacheco en una reunión de sociedad. Esa mañana se lo encuentra casualmente y él le propone asistir a la romería de San Isidro donde habrá tan buen ambiente y tanta alegría. La probabilidad de encontrarse con alguien conocido es baja, e incluso en ese caso, un lugar al aire libre, con tanta gente… finalmente Asís acepta.
La velada no es tan bucólica como se presentaba, es mucho el gentío, es mucho el calor, son muchas las incomodidades. Es Asís que apenas puede levantarse de la cama, no se sabe bien si por una indisposición física o por una indisposición social, la que va recordando lo que sucedió en esa romería. Este monólogo interior no empieza a presentar una sociedad con unas reglas muy estrictas que condicionan la vida, especialmente de las mujeres. Francisca de Asís Taboada una viuda gallega asentada en Madrid, donde vino a vivir con su marido, el marqués de Andrade, muchos años mayor que ella. Una sociedad donde hay que guardar las apariencias y vendrán días donde esto cada vez será más difícil porque Diego Pacheco, gaditano, sin trabajo y sin expectativas de tenerlo, de una familia acomodada y con muy buen don de palabra, la visitará en casa sin apenas avisar, tratará de congratularse por aquel San Isidro incómodo, seguirá insistiendo a pesar de las pocas esperanzas que ella le da. Unas formas que hay que guardar, un joven impulsivo con un acento característico muy cerrado que Emilia Pardo Bazán nos refleja en su obra. La dificultad de mantener unas normas de sociedad muy arraigadas. Para ello piensa que el verano está cerca y que permite la distancia, los veranos en tierras gallegas, el equipaje que empieza a prepararse de forma acelerada, prematura. La distancia que permitirá olvidar todo.
Una preciosa lectura que nos muestra esa sociedad de finales del XIX, una sociedad que no pone fácil vivir de forma acomodada, unas reglas no escritas, especialmente para ellas, que complican una vida que debería estar resuelta. Doña Emilia refleja esta sociedad, tomando como protagonista a Asís de Taboada y mostrando no solo los hechos sino también los conflictos sociales que se le plantean. El comienzo de una relación amorosa que llega casi por casualidad cuando era otra la relación que estaba empezando a crearse como futuro, una relación tranquila que cumpliría con los estándares, un contrato social que permitiría a Asís complementar ese estatus que le da su viudez. Y Diego Pacheco tranquilo precisamente no es.
Otros libros de la autora en el blog: