Novela publicada póstumamente que forma parte de una trilogía junto con La insolación, publicada en 1963, que refleja la adolescencia del protagonista y Jaque Mate, obra desaparecida. Martín Soto, narrador en un tiempo indeterminado nos cuenta aquello que sucedió cuando desapareció de su vida habitual sin dejar rastro. La novela empieza con la entrada de un diario policial, que hace de prólogo, donde nos cuentan como Martín no vuelve a la pensión donde residía y tras un tiempo alguien viene a recoger sus cosas, sin más información en aquel julio de 1950. ¿Qué ha sido de su vida? ¿Qué pasó aquel 15 de abril cuando desapareció sin dejar rastro? Conoceremos todos los detalles, los detalles de una noche toledana que da inicio a días de situaciones surrealistas tras coincidir con Anita, conocida de aquella adolescencia, en esa noche toledana que dura dos noches con un día en medio. La novela discurre entre Toledo y Madrid en un tiempo indeterminado, quizás en esas semanas, meses, en los que Martín está desaparecido de su pensión, quizás en el recuerdo años después. La memoria, tan juguetona, la memoria que tan fácilmente nos lleva a confundir hechos, a revivir buenos y malos momentos. También Soledad como protagonista, una niña huérfana de madre, que tras años de vivir en el pueblo con su tía, tiene que venir a Madrid a vivir con su padre, un padre siempre sin recursos, conocido de Martín, un personaje del Madrid de la posguerra, envuelto en una capa para protegerse del frío, siempre dispuesto a contar sus infortunios. Soledad a la que “adopta” la extravagante familia de Anita, especialmente la tía Frufú que viene de París a visitar a su hermano, padre de Anita y cónsul de Nguma, ingresado por una apendicitis que el doctor Tarro diagnostica. Extravagancias, hechos inesperados, personajes difíciles de imaginar. Una novela escrita en los años 70 y revisada a lo largo de la vida de Carmen Laforet, una novela que refleja un Madrid de posguerra, un Madrid de pensiones, de penurias… y también ese otro mundo donde la falta de dinero no es tan protagonista, donde no lo fue en ningún caso en un pasado no tan lejano, una vida a la que Martín Soto, aspirante a pintor, llega tras recibir una herencia al fallecer su abuela en Alicante. Una novela de final abierto que quizás precisa de la lectura de las otras dos de la trilogía para conocer todos los detalles de esta extraña relación de Martín Soto con la familia y conocidos de Anita, con vidas estrafalarias, con vidas nada convencionales donde todo puede suceder, una novela que no deja indiferente, a veces si perplejo, donde la prosa de Carmen Laforet consigue mantenerte unido a sus páginas hasta el final.
Pues tiene bastante buena pinta. Otra más (que son tres) para el montón de pendientes. Muchas gracias, Ana.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana. Otra escritora española que habrá que leer y que, según relatas, describe una España no tan desconocida, puesto que parte de ella ya nos la contaron nuestros padres. Esas pensiones, esas familias "adoptivas", esa confusión de momentos malos y alegres....
ResponderEliminarLeí de niña La insolación y me encantó. De hecho la leí varias veces después. Cuando supe que se publicaba Al volver la esquina la compré, pero por unas u otras cosas aún no me he puesto con ella. Tampoco había leído ninguna reseña y esta me ha animado mucho con el libro. A ver si definitivamente, lo leo.
ResponderEliminarUn beso.