Una de las novelas de Paul
Auster que tenía pendiente, una novela donde no he reconocido al Auster más
clásico. En Tombuctú tenemos como protagonista a un perro y es él el que nos
contará su historia, la suya y la de su amo, pero siempre a través de su
mirada. Un perro que podemos pensar que se humaniza, que tiene cualidades,
sentimientos humanos, y sin embargo un perro que podría seguir manteniendo su
esencia, quien puede saberlo. Otra novela que podría asemejarse, también
protagonizada por un animal es Firmin de Sam Savage, protagonistas que
acompañamos con problemas propios y a la vez tan humanos.
Mister Bones es el perro de
Willy Christmas, un norteamericano que reconocemos fácilmente como protagonista
de historias que nos cuentan las series y películas norteamericanas. No son
protagonistas típicos de los libros de Auster, yo a veces olvidaba que estaba
leyendo un libro suyo, y sin embargo, las casualidades, los tiempos, la
historia, si que es Auster. Falta también su ciudad estrella: Nueva York.
Mister Bones nos cuenta la
historia de Willy, la que él conoce en sus siete años de vida y la que Willy le
ha contado, una vida que sufre un giro inesperado y lleva a Willy a vivir en la
calle la mayor parte del tiempo. Y la calle puede ser muy solitaria, muy fría y
¿qué mejor compañero que un perro? Mister Bones, que se convertirá en su
biógrafo para nosotros. Un biógrafo que le sobrevivirá y que se enfrentará a un
mundo donde empezar de cero.
Y Tombuctú de fondo, una ciudad
mítica con un nombre tan sonoro. Un amuleto. Ciudad tan presente también en
León el Africano, otra de mis lecturas de estos tiempos, en este caso como
ciudad real, la época en la que estaba forjando su leyenda. ¿Una de las
casualidades de Auster?
Otros libros del autor en el
blog:
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